Hace 60 años, el pueblo junto al Ejército venezolano derrocó al general Marcos Pérez Jiménez, quien desde la presidencia mantenía un gobierno autoritario, el cual se resquebrajó en segundos a través de este movimiento cívico-militar que con fuerza arrolladora en busca de las libertades individuales supo enfrentar la tiranía de aquel hombre que debió huir rápidamente a República Dominicana, a bordo del avión presidencial la “Vaca Sagrada”, resultando un triunfo para el país.
Ese 23 de enero de 1958 se trató de una causa nacional, es decir, una acción de calle focalizada y dirigida a sacar del poder Ejecutivo a quien un mes antes a este movimiento quiso prolongar a más de cinco años su mandato (período 1953-1958), para lo cual se llevó a cabo un plebiscito, con el que pretendió darle cierta solidez a su régimen y legitimidad ante las Fuerzas Armadas, apetencias personales que no logró concretar el mandatario.
Esta lucha cívico-militar, gestada hace hoy sesenta años, consistió en un alzamiento de calle, durante el cual hubo saqueos de las casas de los adeptos al régimen de Pérez Jiménez; fuertes ataques con linchamientos a varios funcionarios y destrucción de la sede de la Seguridad Nacional, que fue la policía represora de la ciudadanía al mando de este general. También ocasionaron destrozos a la sede y a los equipos del periódico oficialista El Heraldo.
Depuesto quien hasta ese día fue presidente de Venezuela, el Palacio de Miraflores se llenó de los sublevados, dirigentes políticos y personalidades y entre todos utilizaron los espacios de dicha sede en la que sostuvieron sus reuniones, surgiendo de esos encuentros el nombramiento de una Junta de Gobierno Provisional para que reemplazara al régimen derrocado.
El primer intento fracasa
La necesidad de salir de Pérez Jiménez iniciaron el primero de enero de 1958 con un primer intento de rebelión militar. Lo encabezó el Coronel Hugo Trejo, apoyado por varios oficiales de la guarnición de Caracas y de Maracay, principalmente de la Fuerza Aérea. Al fracasar este intento fueron encarcelados sus principales dirigentes.
No obstante, a partir de esta fecha la situación de agravó en el seno del gobierno, por lo que se produjeron nuevos brotes insurreccionales en las fuerzas armadas y el movimiento popular se manifestó con más vigor en la lucha contra el dictador.
Pese al incremento de la represión, más encarcelamientos de dirigentes políticos; cierre de liceos y ataques al movimiento estudiantil, sectores sociales se incorporaban activamente a la lucha incorporando intelectuales, médicos, abogados, profesores e ingenieros.
A mediados de enero la Junta Patriótica (órgano clandestino creado en 1957 para combatir al dictador), llamó a huelga general para el día 21 de enero que comienza con la de prensa y horas después la huelga general. El paro se cumplió a cabalidad en medio de enfrentamientos con las fuerzas del gobierno en Caracas.
El 22 se reúnen altos jefes militares en la Academia Militar para considerar la situación. Sus deliberaciones concluyen formando una Junta Militar de Gobierno que pide la renuncia a Pérez Jiménez. En la noche de ese día la Marina de Guerra y la Guarnición de Caracas se pronunciaron contra la dictadura; y Pérez Jiménez, privado de todo apoyo en las Fuerzas Armadas, huyó en la madrugada del 23 de enero desde el Aeropuerto La Carlota, rumbo a Santo Domingo. Luego se trasladó a España junto a su familia, donde falleció el 20 de septiembre de 2001, a los 87 años de edad.