Este año, se cumplen veinticinco años de vida de la revista médica Razetti. En palabras de uno de sus creadores, el doctor Vicente Guerrero, “es un quijotesco proyecto de un grupo de soñadores”, que programaron una publicación científico- cultural con el nombre de Razetti, para continuar la senda humanista que trazara el doctor Luis Razetti.
Desde 1993, la revista ha mantenido un criterio científico y humanista que ha servido a intelectuales y artistas plásticos regionales y nacionales, como vehículo de difusión cultural y artística.
La enfermedad y su cuidado,constituyen hechos estructurales en toda sociedad, porque expresan no sólo fenómenos de tipo epidemiológico y clínico, sino que también enuncian las condiciones sociales, económicas y culturales, que toda sociedad inevitablemente procesa a través de sus formas de enfermar, curar y morir. Una de las mayores preocupaciones que afrontan los profesionales, gestores y usuarios de los sistemas de salud, es la humanización de los servicios. Cuando se habla de dulcificar la salud, se hace referencia a todas aquellas acciones que hacen más humano a los actores que participan en el proceso: profesionales, pacientes, familia,colectividad.
Las instituciones clínicas, son subsistemas sociales que cumplen la función de socializar a los individuos con pautas y normas establecidas. Infortunadamente, muchas veces el cuidado holístico, se ve dificultado por las múltiples tareas de tipo biomédico, que relegan acciones como la comunicación eficaz y la interacción cercana.“El cuidado eficaz promueve la salud y el crecimiento personal o familiar, es decir, el cuidado satisface necesidades, por tanto depende de la relación del individuo consigo mismo y con su entorno”, dice la doctora Margaret Hartman Watson, en el libro Filosofía y teoría en el cuidado transpersonal de Watson (2014). Apoyada en teóricos como Hegel, Kierkegaard y Gadow, la norteamericana atribuye un valor agregado a la empatía y afecto, en el proceso curativo.
Ese valor agregado es algo ha venido haciendo la revista Razetti, una herramienta narrativa que humaniza. Tienen un cuarto de siglo siendo un puente entre las letras y la medicina, donde el ser humano es el lugar de encuentro de ambas disciplinas. Suavizar es un asunto ético que tiene que ver con los valores que conducen la conducta en el ámbito de la salud. Cuando esos valores llevan a diseñar un producto de calidad como la revista médica Razetti, hay humanización., Una tarea que no es fácil porque implica una confrontación entre dos culturas distintas, entre dos visiones. Por una parte, una cultura que privilegia el valor de la eficacia basada en los resultados de la tecnología y la gerencia y, por otra, la cultura que da primacía al respeto por la persona y de sus derechos, por su autonomía emocional e intelectual.Utilizando la literatura, la revista médica Razetti, ha reorganizado las prácticas de salud bajo el punto de vista hermenéutico, retratando el compromiso de las tecnociencias con la realización de valores humanos.
El acto médico es de interés literario y también hay páginas literarias que son actos médicos. Los orígenes de actividades tan diferentes se consiguen en principios que fueron comunes. Tal vez y, digo tal vez, por lo atrevido de mi pensamiento, los médicos y los narradores siempre hicieron magia. Sin dudas, lo semejante opera sobre lo semejante. Una idea de lo que era la antigua terapéutica y la figura del Mago/médico/escritor, se lee en el texto del doctor Rafael Muci, en el número XII, de la revista Razetti, titulado El Psiquiatra y el Brujo de Curiepe: “En tiempos antiguos, los magos invitaban a comer una víbora viva, para inmunizar contra los efectos de su mordida”.
Esa mágica interacción se refleja en la revista médica Razzetti. Una exhaustiva combinación de artículos médicos y diálogos literarios, engalanados con obras de arte. La voz de la Academiaexpresada en bellas publicaciones, regalos para la comunidad barquisimetana, venezolana y del mundo,que se han mantenido en el tiempo,gracias a la extraordinaria labor del Consejo Directivo de la clínicaRazetti, la Fundación Razetti, el Consejo Editorial, el diseñador gráfico Teddy Villamediana, los colaboradoresy, el incansable doctor Vicente Guerrero. ¡Enhorabuena!