“El Gobierno tiene todos los poderes, es el autor de la hiperinflación. La principal razón de la inflación es la desmedida emisión de bolívares por parte del gobierno. Ante cualquier requerimiento que en cadena nacional le presentan al Interfecto, éste, sin excepción alguna, dice la formula demagójica mágica: ¡Aprobado! Con lo que manda a emitir nuevas monedas para cubrir esta nueva petición, con lo que nos mete la mano en el bolsillo, devaluando los pocos bolivarcitos que hayamos podido atesorar”.
Esta fue la explicación, palabras más palabras menos, que nuestro amigo el profesor jubilado Ramonote Mandefuá dio a sus alumnos del posgrado de Historia de Venezuela. Ya había dicho que esto lo hace por el carácter autocrático que tiene el régimen, donde el Ejecutivo no tiene poderes e instituciones independientes que lo controlen, el BCV resulta ser una dependencia de la presidencia, al igual que el TSJ, el CNE y la írrita ANC.
Les dijo el profesor Mandefuá, además, a sus muchachos -que no todos son tan muchachos en el posgrado por cierto-, que:
-El manejo de la economía por el régimen, que provoca esta hiperinflación, hace que todos los venezolanos seamos millonarios. Nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes, todos somos millonarios en bolívares. Millones que no nos alcanzaron para comprar los ingredientes de las hallacas, pero además están los enchufados, que también todos son millonarios, pero en dólares… Dije todos, pero mejor es decir casi todos, proveámosles el beneficio de la duda: vamos a esperar que el Fiscal General dé la Lista–MUD-Pedevesa, jaja, (risas)
Los amigos del profesor jubilado pero no retirado, porque aún trabaja -en un infructuoso intento de redondearse los gastos básicos del hogar-, fue convocado por los amigos a una tertulia para que les explicara que cómo era eso de la hiperinflación, usamos la opción grabar del móvil, con estos resultados. El profe Mandefuá sacó del raído bolsillo de la camisa -gastado apenas perceptible por el morder incesante de su bolígrafo barato-, y leyó:
-Lenin, el padre de este socialismo dizque bolivariano, dijo: “Por un continuo proceso de inflación, los gobiernos pueden confiscar, secretamente y de manera inobservada, una importante parte de la riqueza de los ciudadanos. No hay una manera más sutil, ni medio más seguro de destruir la base actual de la sociedad, que mediante la destrucción de la divisa. El proceso envuelve a todas las fuerzas escondidas de las leyes económicas en el lado de la destrucción, y lo hace de tal manera que ni un hombre entre un millón es capaz de diagnosticar”. Pero por su parte, Schumpeter, economista austríaco-estadounidense, profesor de la Universidad de Harvard hasta su muerte y ministro de Finanzas en Austria, señaló que la inflación puede arrastrar a un mundo asfixiante de políticas económicas totalitarias.
Pero vamos a venirnos para Venezuela, advirtió el habitual exponente:
-El Banco Central en el manejo de la moneda es como cualquier banco con el manejo del dinero de una cuenta corriente, los cheques son como los billetes que emite el ente emisor, valga la repetición de emisión, porque es el único autorizado para emitir los papeles monedas…
-Pero el problema más bien es que no los emite, más bien hay una escasez de papel moneda en el mercado… -Interrumpe un viejo abogado, que no es retirado porque los de esta profesión en Venezuela no se retiran…
-Sí, pero igual los emite, aunque esto sea virtual, ¿igual ustedes no son todos unos millonarios limpios…?
-…Sigo con el ejemplo de los cheques y la cuenta corriente. Supongamos que aquí, en esta tertulia están representados todos los gremios y sectores sociales del país, a todos ustedes les entregan una chequera de un millón de cheques que están respaldados por lo depositado en la cuenta corriente, que en el caso del país y el Banco Central llamémosla Reserva. Supongamos que la Reserva es mantenida inalterada, como debe ser. Suponemos sólo para el ejemplo, porque quién sabe dónde están los lingotes. Los cheques todos tienen su valor estampado, valen un bolívar. Cuando tú vas al mercado a gastar diez cheques, por ejemplo, te deben dar los productos que sumen un precio de diez bolívares, exactamente.
Hasta aquí la cosa va bien. Pero si el ente emisor, sin que haya aumentado para nada los números de la Reserva, emite nuevas chequeras para el Bono Navideño, el Bono Guerra Económica, los tickets por el voto patriota bolivariano, Bono del Niño Jesús, Amor Mayor, etcétera, etcétera, etcétera, etcétera, que mientras más largo es el etcétera, que de hecho parece infinito, más se devalúa el valor de la moneda. Que en el ejemplo, ahora cuando vas al mercado ahora te van a entregar por los diez bolívares con los que compraste la semana pasada, la mitad. Y mañana comprarás menos, a ritmo de hiperinflación, porque el Banco Central, que es una oficina del Interfecto, tiene la posibilidad en esta dictadura de emitir monedas cuando le da la gana, que es inconsultamente meterte la mano en el bolsillo para quitarte, no los bolívares, sí el valor de tus monedas que te has ganado con el sudor de tu frente. Es un robo.
Ramonote Mandefuá remató con una pregunta que se quedó en la brisa decembrina, que este año vino sin olor a hallacas y sin sabor de gaitas:
-¿Ustedes no ven que todas las peticiones que le hacen al Interfecto, absolutamente todas, sin excepción, son aprobadas en cadena nacional? Cada vez que el presidente dice ¡aprobado!, sientan que sus bolívares en sus bolsillos se hacen más enanos. Reparte tu riqueza.
Estuvieron de acuerdo por un corto rato. Los amigos del profesor Mandefuá, que son casi todos profesionales en condición de retiro, menos los abogados que no se jubilan, preguntaron en coro, explícanos ahora, ¿cómo es eso que has escrito en las redes sociales, que Venezuela no tiene salida con este Gobierno y esta Oposición, porque forman un solo partido?
Eduardo López Sandoval
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