Quienes laboran en el mercado Terepaima o residen en los alrededores, además de quienes acuden al establecimiento a hacer sus compras, se han encontrado últimamente con la existencia de una verdadera piscina en plena calle 36.
“Cada vez que llueve pasa esto, que la calle se convierte en una laguna, o una piscina, sólo que ahí nadie se puede bañar porque el agua no es nada limpia”, afirmó un vendedor informal que tuvo que mudarse del sitio porque donde estaba quedó cubierto por las aguas.
Explicó que el problema se debe a que los desagües del sector se encuentran obstruidos por la basura debido a que últimamente Imaubar no realiza operativos de barrido y recolección de desechos.
Para los comerciantes del mercado, la existencia de la enorme charca representa un serio problema de contaminación porque, como se trata de agua mezclada con basura y barro, cuando hay mucho Sol adquiere un olor nauseabundo que impide hasta respirar.
“Hemos llamado a Hidrolara y a Imaubar para que limpie esas cañerías pero no nos hacen caso, y lo peor es que tan pronto caiga otro aguacerito sobre Barquisimeto este jaguey se pondrá más grande y hasta ocupará toda la calle 36”, expresó otro de los comerciantes de la zona.
Al problema del cierre de la calle se agrega el que los vehículos, sobre todo los pequeños o más bajos, no pueden cruzar hacia el norte porque pueden quedarse accidentados y eso hace que se forme congestionamiento en la calle de servicio que pasa frente al mercado.
Insisten en que el problema puede ser resuelto con facilidad por una cuadrilla de obreros de Hidrolara o de la alcaldía que retiren toda la basura que está obstruyendo los desagües y no permite la circulación de las aguas de lluvia.
Aún cuando fue el miércoles cuando llovió fuerte, este viernes continuaba la calle 36, al lado oeste del mercado Terepaima, tapada por la gigantesca laguna que se extiende entre las aceras y varios metros hacia el norte.
