Hace 100 años nació Arístides Calvani, venezolano, cristiano, político, abogado, docente, hombre de servicio y quien dejó un legado de pacificación que al día de hoy, vale la pena retomar.
Este hombre junto a su esposa Adela Abbo tienen abierta la causa para su beatificación ante la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano, por ser ejemplo de matrimonio, vivir una vida entregada a las virtudes cristianas y a la justicia social en grado heroico. Ambos están propuestos como modelos a imitar por el pueblo católico.
En el centenario de su nacimiento, sus allegados se esfuerzan por refrescar la memoria de los venezolanos y traer al presente su legado, que mucho serviría al día de hoy para que Venezuela se sobreponga ante las adversidades.
El pensamiento de Calvani estaba enfocado en la sed de democracia, en la dignidad del ser humano, en un orden en el cual cada ciudadano tuviera acceso a los bienes y servicios indispensables para una vida digna.
Fue canciller los cinco años del primer gobierno del presidente Rafael Caldera. Calvani fue abogado, filósofo, sociólogo, pensador, profesor de Introducción al Derecho y Filosofía del Derecho en la Escuela de Derecho de la UCV, fundador y primer director de la Escuela de Sociología de la UCAB, fundador del Instituto de Formación Demócrata Cristiano, diputado al extinto Congreso Nacional por el antiguo Distrito Federal, escritor de temas jurídicos y de filosofía política.
Como ministro de Relaciones Exteriores, el doctor Calvani es considerado como uno de los hombres más eficaces y brillantes de la diplomacia venezolana de cualquier época, cuyo acervo está en la biblioteca del Ministerio de Relaciones Exteriores dispuesta para su análisis.
En sus discursos denotaba su integridad, principios éticos y su extensa preparación académica. Abogaba por la unidad latinoamericana pero rechazó la situación de dominación de un país por otro.
Estaba totalmente en contra de los conflictos bélicos pero además creía firmemente en una paz integral entre las naciones, voluntaria y no impuesta, aceptada por todos.
Yuyita Chiossone quiere resaltar la etapa en que Calvani condujo la política exterior del país, tarea que -dice- ocupó con “extrema honestidad, con valores éticos y morales que hacen falta hoy en día”.
Vallardo Rodríguez, miembro del Instituto Internacional de Formación y de Políticas Públicas (Ifedec) dijo que retomar la institucionalidad en el país es urgente, porque el pueblo perdió el respeto por los organismos que no velan por los venezolanos sino en función de intereses partidistas.
Eduardo Fernández, miembro del Ifedec, considera que Calvani “estaría levantando su voz indignada y llena de autoridad moral y política para condenar el asesinato de Óscar Pérez, también condenaría la negación de la dignidad de cada venezolano muerto por violencia, crisis de la salud y por el desabastaciento”.
Nancy Rodríguez indicó que durante todo el año se realizarán conversatorios en las universidades a fin de propagar entre la masa estudiantil el legado de los esposos Calvani, para que más hombres y mujeres sean como ellos y buscar un verdadero reencuentro entre los venezolanos.
Ayuda al prójimo
La fundación Banco de Sillas (Bandesir), que ya tiene 34 años en el estado Lara, hizo una nueva entrega de aparatos clínicos a pacientes que lo necesitan para su vida diaria. Yuyita Chiossone, quien preside la fundación, recordó que actualmente las sillas de ruedas, bastones y andaderas no se fabrican en el país lo que ha limitado la cantidad de ayudas.
Sin embargo, recordó que los equipos que son entregados a los pacientes, tienen la condición de préstamo de por vida, es decir cuando la persona ya no los requiera, puede entregarlos nuevamente a la fundación para el beneficio de otra persona.
“Esta es la única manera que hemos encontrado para continuar ofreciendo nuestra mano amiga a nuestra gente que tanto lo necesita”.
