La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, criticó al presidente venezolano, Nicolás Maduro, por sus palabras contra varios religiosos por hablar de la corrupción política en el país.
“A medida que las condiciones en Venezuela continúan deteriorándose, el presidente Maduro ordenó la investigación de dos obispos católicos por criticar la escasez de alimentos en el país, caracterizando a la Iglesia Católica en Venezuela como llena de «maldad, veneno, odio, perversión y difamación. El régimen indicó que los obispos podrían ser culpables de «crímenes de odio» en virtud de una nueva ley aprobada por la fraudulenta Asamblea Constituyente por llamar a poner fin al hambre y la corrupción en sus sermones”, dijo Hailey.
La declaración agrega que: «El régimen de violencia, represión, corrupción y bancarrota de Maduro continúa castigando al pueblo venezolano. Al dirigirse a los líderes religiosos, que promueven la paz y brindan esperanza a los creyentes, el régimen continúa demostrando que solo se preocupa por preservar su propio poder y que no le importan los derechos humanos básicos y el bienestar de sus ciudadanos”.
Esta semana, el presidente de la República pidió investigar si en la homilía de bienvenida a la Divina Pastora, celebrada el pasado domingo, en la que se habló sobre la corrupción en el país, constituyó un “delito de odio” por parte de los sacerdotes.
Monseñor Víctor Hugo Basabe, obispo de la Diócesis de San Felipe fue el encargado de presidir la Santa Eucaristia, en donde criticó la situación de desabastecimiento de alimentos que atraviesa el país. Condenó el hecho de que haya “miles de venezolanos hurgando en la basura buscando un desperdicio para saciar el hambre”.