Para el abogado Manuel Virgüez, coordinador del movimiento Vinotinto en Lara, el saqueo es un delito y es un enfrentamiento de unas víctimas contra otras.
Lo declaró al ser consultado sobre los saqueos de establecimientos comerciales y transportes de alimentos y otros artículos ocurridos recientemente en varias regiones del país, los cuales, incluso, en algunas han dejado víctimas fatales.
“Esos saqueos también son en parte responsabilidad exclusiva del gobierno porque una gran parte de la población está padeciendo por los altos índices de escasez de alimentos, no ve cubierta su seguridad alimentaria y recurre a esos métodos”, afirmó.
También considera que, en algunas ocasiones, esos hechos delictivos son consecuencias de acciones políticas.
El dirigente del movimiento Vinotinto fue consultado sobre la cantidad de personas que en Venezuela aún se encuentran detenidas por razones netamente políticas, algunas tras rejas y otras en sus casas.
Respondió que, según algunas organizaciones no gubernamentales, sobrepasan las 200, aunque en Vinotinto estiman que son más de 300, algunas sólo con restricciones.
Con respecto a las que se encuentran privadas por comple to de su libertad por razones políticas, puso el caso de Jimmy Torres, recluido desde el 2014 en la cárcel militar de Ramo Verde, en el estado Miranda, recinto donde el pasado fin de semana, de acuerdo a denuncias llegadas a familiares, hubo excesos por parte de funcionarios de la Dirección de Inteligencia Militar que irrumpieron violentamente en sus celdas y causaron destrozos en los pocos enseres que poseían.
Virgüez también denunció la política del Gobierno nacional de judicializar la disidencia.
“Se están judicializando los reclamos sociales, de acuerdo a los patrones que hemos podido documentar en Vinotinto, por lo que hemos pedido al gobierno y a través de organismos internacionales, el cese de esa política.
Refiriéndose a la continua salida de venezolanos al exteriior, recordó que antes nuestro país recibía a refugiados de otras naciones y ahora está ocurriendo lo contrario, con algo más lamentable, que muchos de ellos son jóvenes.