El expolicía y piloto Óscar Pérez, muerto el pasado lunes 15 de enero, a manos de fuerzas de seguridad en un operativo para capturarlo, planeaba atentar con un coche-bomba contra la embajada de Cuba en Caracas, dijo este miércoles el dirigente chavista Diosdado Cabello.
Ya el presidente venezolano, Nicolás Maduro, había denunciado el lunes que Pérez y su grupo organizaban un ataque contra la «embajada de un país querido», sin precisar cuál.
«El presidente no lo dijo, pero yo lo voy a decir: le iban a poner una bomba a la embajada de Cuba», expresó Cabello, número dos del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), en su programa semanal en la televisora estatal VTV.
El lunes, Pérez permaneció varias horas acorralado con sus hombres en una casa en la carretera hacia El Junquito, 25 km al noroeste de Caracas, y en una docena de videos que difundió en redes sociales acusó a militares y policías de querer matarlos pese a estar dispuestos a entregarse.
Organizaciones de derechos humanos alertan sobre una «ejecución extrajudicial», pero el gobierno defiende la acción al sostener que las autoridades respondieron a fuego enemigo.
«Hablan de masacre: ¡hipócritas!», manifestó Cabello, uno de los integrantes más influyentes de la oficialista Asamblea Constituyente que rige en el país como un suprapoder.