En las últimas semanas, zonas puntuales de varios estados del país han sido sacudidas por saqueos ante la grave situación de escasez de alimentos que atraviesa la nación. En tan solo once días, se registraron 107 acciones violentas en 19 regiones, según contabilizó el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, cifra alarmante en la Venezuela petrolera que hoy día transita la peor crisis de su historia republicana. Mérida, Portuguesa, Zulia, Trujillo, Bolívar han sido escenarios de estos hechos producto del hambre que azota a sus habitantes, en los cuales han perdido la vida cuatro personas y otras cien resultaron heridas.
A juicio del diputado Juan Guaidó, presidente de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional (AN) y jefe de la fracción mayoritaria de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), “saqueo no es protesta, sino un pequeño estallido social -producto de la desesperación-, algunos inducidos, y otros controlados por la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde)”.
Hace referencia a esa situación, en vista que la crisis humanitaria es uno de los puntos de negociación que se discute en República Dominicana entre oposición y oficialismo, quienes intentan llegar a acuerdos que incidan en mejorar las condiciones sociopolíticas y económicas del país.
Sobre el diálogo, las opiniones de dirigente opositores son encontradas. Mientras unos están de acuerdo, otros se oponen a la medida. En el caso de Guaidó, “no ve muy claro” los resultados positivos de ese encuentro, porque la “situación es delicada”, producto de la mala distribución de combustible en diciembre, ausencia de numerosos alimentos y medicamentos que son necesarios para el pueblo.
“La negociación es para facilitar o mejorar el proceso democrático en Venezuela que es inexistente, con la mediación de países como México y Chile. Aunque no creemos en este Gobierno, sí en facilitar procesos en que la gente elija una transición democrática, de cara a potenciales elecciones presidenciales”, insiste.
-Pero, ¿con las mismas autoridades del Consejo Nacional Electoral?
-Eso sería parte de las negociaciones, dar garantías con unas nuevas autoridades, así como un cronograma electoral, observación internacional real en cada una de las etapas.
Sabemos el control social del régimen… del miedo que ha generado la necesidad latente en nuestra gente. Muestra de ello, lo que ha pasado con los perniles, las promesas incumplidas con respecto al subsidio de alimentación, hoy necesario porque la gente no tiene cómo comprar comida. Esto configura un esquema que no se puede elegir libremente, por eso se deben generar las condiciones como lo hicimos en 2015, cuando fuimos una mayoría aplastante. En ese entonces, habían expectativas de cambio, con un solo mensaje, una tarjeta unitaria y perfecta en todos los estados. Tenemos que aproximarnos a ese escenario para poder vencer.
-Se entiende entonces, en que se debe insistir en la unidad…
-Sí, en aglutinar a todos los factores opositores. Debemos movilizarnos para reivindicaciones de la gente, a quien hay que animar, permitirles recobrar la esperanza. De allí, que creo fuertemente en que vamos a recuperar a Venezuela, porque contamos con una alta capacidad. Es momento de retomar todo este proceso. Caigo aquí, porque es parte de este proceso de negociación. Hemos visto como lo bombardean con razón o no. Cuando digo con razón es porque este régimen no cumple, y sin razón es porque debemos garantizar nosotros la unidad perfecta.
-¿Qué estrategias debe implementar la Unidad para contrarrestar las medidas populistas que implementa el Gobierno antes de algún proceso electoral?
-Sobre esas medidas, lo han hecho una y otra vez. Antes eran las misiones… no han podido relanzarlas porque la credibilidad de ellos también baja… y con este escándalo de los perniles, de los bonos, que ni siquiera alcanza para un cartón de huevo o kilo de jamón. Lo que puede hacer la alternativa democrática siempre será trabajar en lo que podemos hacer como país. De hecho, el Gobierno trabaja en la necesidad, que además la crea, fíjate en lo perverso que es. Y lo hacen para destruir el aparato productivo y comercial. Pero eso no es todo, la atienden y pretenden que la gente les dé las gracias.
-Siempre se ha hablado de una guerra económica, pero si se analiza, el Estado controla la distribución de muchos alimentos
-La famosa guerra económica existe y es la de ellos contra el pueblo de Venezuela. Ellos mismos develaron innumerables denuncias como la corrupción, producto de la pugna interna del chavismo. Ellos han importado alimentos a través de la red Mercal, que no funcionó. Crearon un captahuellas… luego los CLAP. Destruyeron el sistema de producción, cuando expropiaron. La guerra económica es un saqueo dirigido por parte de este Gobierno.
-Dicen que la crisis es por las sanciones a sus funcionarios
-Ellos siempre buscan una excusa, en un momento fueron los ‘bachaqueros’, luego el contrabando de extracción. Siempre tienen un tercero, además de manera comunista, como el enemigo anterior, interior y externo. La verdad es que ellos son sus propios enemigos con la corrupción, el desastre, las acciones de poder y las sanciones han querido manejarla hábilmente diciendo que es al país, cuando es a funcionarios corruptos, con cuentas multimillonarias en el exterior, violadores de derechos humanos o con vínculos con el terrorismo. Las sanciones no tienen nada que ver con el proceso de destrucción del campo.
-Si existe un Tribunal Supremo de Justicia en el exilio y una fiscal que no fue destituida por la AN, ¿qué acciones deben emprender ellos en contra del Gobierno de Nicolás Maduro?
-Es un gran momento para una gran alianza y aglutinar todos los factores. Las opciones alternas no creo que sean contundentes, pues hay que reunir las condiciones para poder contar con una movilización concreta. Hay que animar al pueblo y articular con la fiscal (Luisa Ortega Díaz) y el TSJ en el exilio para denunciar al régimen con estrategias.
