Benilde estuvo esperando hasta la medianoche y su hijo Juan Carlos no la llamó. Pensó que era asunto de líneas congestionadas y que por mas tecnología disponible una comunicación entre Chile y Venezuela no es cosa fácil, menos un 31 de Diciembre.
Pero una cosa era su pensamiento y otra su sentimiento, desde dentro la soledad se instaló en toda la casa y la ansiedad fue un pastorcito colocado lejos del pesebre y de sus ovejas, acurrucado y lloroso sobre una piedra seca y sin luces titilantes.
Benilde apretaba con fuerza su teléfono celular como si exprimiera una fruta negada a dar jugo, era su primera navidad sin Juan Carlos, el único hijo que le quedaba luego de la muerte de Arturo su marido, por una subida de tensión, sin pastillas en las farmacias ni amigos en el exterior que las mandaran y de Roberto, su hijo mayor asesinado para robarle unos zapatos para cuya compra habría ahorrado ocho meses y que por ello defendió sin lograr ganarle a cinco disparos a mansalva.
María Benilde,su única hija hembra también murió ,en el hospital por una infección sin antibióticos, contraída según los médicos por tomar líquidos contaminados, y eso que en su casa hierven el agua y lavan con cuidado los vegetales, pero quien sabe que bebió en la calle que le causó esa infección intestinal. Por las redes buscó desesperadamente los antibióticos y apenas consiguió para cuatro días de tratamiento y lo indicado eran quinces días, total que María Benidle falleció sin haber cumplido los 20 años.
Cuando Arturo y Benilde compraron su casa en Cabudare pensaron que habían superado una etapa en la vida, de vivir en Los Horcones a tener casa propia en Palavecino lo consideraban un avance familiar importante, Pero esta ilusión se convirtió, como todo, en pesadilla, incluso a sus viejos vecinos les llegaba una caja de comida barata todos los meses y a ellos nadita de nada. Ahora Benilde, viuda, con dos hijos muertos y otro en Chile solamente tenía un teléfono silencioso como único puente con el mundo.
A las doce y unos minutos más a Benilde le dio un fuerte mareo y cayó al suelo desmayada. Allí estuvo al borde de la muerte por un rato hasta que unos vecinos entraron rompiendo cerraduras para socorrerla. Cuentan Jennifer y Aura que salieron por la urbanización a dar el tradicional saludo de año nuevo y frente a la casa de Benilde vieron una luz brillante que se encogía y ampliaba como un faro en código de pedir auxilio. Les extraño porque ya habían visto el pesebre de Benilde y no tenía esa luz, por ello pidieron colaboración y entraron a ver qué pasaba dentro de la casa. Pudieron atenderla, le dieron primeros auxilios y la sacaron del choque diabético.
A las doce y treinta sonó el celular y Benilde pudo hablar con Juan Carlos y en ese momento dio gracias a Dios por mantenerla viva. Cuando los vecinos investigaron de donde salía la luz que había servido de alerta no encontraron ninguna conexión eléctrica, incluso las lucecitas intermitentes estaban desenchufadas. Jennifer y Aura se concentraron para ubicar el sitio preciso donde vieron el faro milagroso y así pudieron determinar que estaba justo al pie del nacimiento, era una imagen de La Divina Pastora que Benilde había incorporado al pesebre como un detalle demostrativo de su fe hacia esta advocación de la Virgen María.
La Paz sea contigo Benilde .Otro pequeño gran milagro de la Divina Pastora. La Paz de Dios siempre con nosotros.
