El día sábado 6 de enero en horas de la tarde, fue asesinado de múltiples disparos en el pecho un adolescente de 16 años de edad, en el sector 4 de Los Horcones, zona oeste de la ciudad. Según relataron los testigos del hecho, el joven era perseguido por quienes posteriormente le dispararon.
Angli Goyo, madre del adolescente, se acercó a este rotativo con la intención de aclarar que su hijo no era delincuente, “era un muchacho ocupado, de lunes a viernes trabajaba como tornero y soldador en el negocio de su padre Yohan Tovar, ubicado en Pueblo Nuevo”. Indicó que a dicho taller acudían varios funcionarios de diversos cuerpos de seguridad que pueden dar fe que el joven trabaja allí todos los días.
Así mismo personas de la junta comunal y vecinos del sector corroboran que el adolescente no era un delincuente, ni tampoco tenía malas juntas.
Según declaraciones de la madre del fallecido, el único percance que había tenido el joven, fue cuando el mismo tenía 14 años de edad, cuando manipulando un arma de fuego propiedad de su abuelo, junto a su mejor amigo se accionó, y éste falleció.
Por ello fue detenido y trasladado hasta el Centro Socioeducativo Pablo Herrera Campins, mejor conocido como el retén El Manzano, donde estuvo recluido durante 40 días. Tras algunas audiencias se demostró su inocencia y fue dejado en libertad.
Asegura Goyo que desde ese momento su hijo comenzó a recibir amenazas. Aunque vivían angustiados y con miedo, indica la mujer “que no pasaba por sus pensamientos responder a sus amenazas, al contrario, somos creyentes de Dios y sólo le pedíamos volver a vivir tranquilos”.
”Mi justicia está en manos de Dios, él es el mejor abogado y el mejor justiciero. Los que lo asesinaron deben temer, pero no de mi familia sino de la justicia divina, la de Dios Todopoderoso”, enfatizó la madre del adolescente.