Angustiados, desesperados, temiendo lo peor en cualquier momento, un nutrido grupo de mujeres y hombres, de Lara y Yaracuy, se congregó este martes frente a la sede de la Defensoría del Pueblo, en Barquisimeto, para exigir la mediación de su titular, Elba Iris Rodil, ante el Gobierno nacional, para que les garantice la vida suministrándoles los medicamentos indispensables para evitar los rechazos de los órganos trasplantados.
Junto a ellos, solidarizándose, se encontraban representantes de diferentes instituciones, como la Asociación venezolana por el deporte y la salud de los trasplantados y en situación de trasplante, Jorge Rosell y Nelson Fréitez, de la cátedra de derechos humanos de la UCLA, la Vicaría de los derechos humanos y la Coalición sindical del magisterio, entre otras.
Algunos de los pacientes expusieron a viva voz la situación que están confrontando por la falta de las fórmulas indispensables para poder sobrevivir al mal que les aqueja.
Alfredo Rangel tiene 3 meses sin conseguir las pastillas de Cellcetp y afirmó que la actual es la etapa más difícil que ha experimentado en sus 14 años de trasplantado.
“Uno se asusta cuando le sube la úrea y la creatinina si no consumimos ese medicamento que nos mantiene vivos”, dijo angustiado.
“En el Seguro tienen dos meses sin darnos el Mayporti o Iprograf, indispensable para seguir viviendo”, manifestó José Yansi.
Jacqueline Pérez, madre de dos hijos, trasplantada hace diez años, se mostró muy angustiada por lo que está pasando debido a la falta de medicamentos.
“No nos queremos morir, necesitamos respuestas ya, queremos seguir vivos con nuestras familias, pero, poco a poco, silenciosamente, nos están dejando morir, sin las medicinas desde hace seis meses”, dijo llorando y arrodillada.
Indicó que sólo tiene pastillas para diez días y en el Seguro Social no les dan esperanza alguna, ni siquiera porque cambiaron al presidente Rottondaro. “No nos dejen morir, por caridad”, imploró de rodillas,
Yelagnis Ochoa también está preocupada pues teme perder el riñón que le donó su hermano hace algunos años, y su vida.
“Queremos medicamentos, no ningún carnet de la patria, que están pidiendo en algunos lugares para entregárnoslos, pero nosotros tenemos dignidad y la mantendremos hasta el último minuto de nuestras vidas”, afirmó.
Nelson Fréitez denunció que el Gobierno nacional está violando el derecho a la salud que tienen los venezolanos, “y así como compra armas y equipos antimotines para reprimir al pueblo, compre medicamentos para mantener vivas a estas personas, madres y padres que se sienten desamparados”.
En plena carrera 22, los sacerdotes Alfonso Maldonado y Raúl Herrera, de la Vicaría de los Derechos Humanos, bendijeron a los presentes y pidieron a Dios seguir protegiéndoles.
En la Defensoría del Pueblo acordaron recibir una representación de los trasplantados mañana jueves.