La hiperinflación llegó a Venezuela a trastornar las estructuras productivas y de consumos, que ya venían presentando averías en respuesta a un insistente y excesivo control estatal, asegura Ecoanalítica en unas primeras evaluaciones de este fenómeno, advirtiendo que “no observamos esfuerzos claros por detenerla”.
Precisan que la aceleración de los precios ha sido un fantasma permanente en todo el sistema económico, a la vez que recuerdan que la inflación pasó de un promedio de 37,6 % anual entre 2008 y 2014 a alcanzar 525,1 % en 2016. Pero el año pasado ha sido peor, en septiembre de 2017, la inflación interanual llegó a 1.081 %.
Revelan que abordaron un nuevo estadio de la economía venezolana, el cual evidencia que la inflación rompió la barrera del 50,0 % que, según Phillip Cagan, es la entrada formal a un proceso hiperinflacionario. El promedio mensual en 2017 ha sido 29,4 %, 9,3 puntos porcentuales (pp) mayor a la inflación total de 2012.
Advierten que la hiperinflación llegó a trastornar las estructuras productivas y de consumos que ya venían presentando averías en respuesta a un insistente y excesivo control estatal.
Consideran que a pesar de que para Venezuela es un fenómeno novedoso, la hiperinflación ha estado presente en diversas economías en diferentes momentos históricos. Casos como los de Ucrania, Nicaragua, Azerbaiyán y Bolivia demostraron que es un proceso difícil de superar. Ucrania tardó 44 meses en salir de la hiperinflación, acumulando una inflación de 1.864.715 %. En Latinoamérica, Argentina tuvo inflaciones mensuales mayores a 50,0 % durante 11 meses y acumuló 15.167 % de inflación.
Destaca Ecoanalítica que la hiperinflación está aquí y aún no observan esfuerzos claros por detenerla. Advierten que mientras el Ejecutivo elabore y aplique planes de ajuste, los venezolanos deben afrontar una situación que corroe su calidad de vida día a día.