La Iglesia no puede identificarse con ninguna tendencia política en particular, pero también es pueblo y sufre la grave situación que vive Venezuela.
Así lo señaló el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), Diego Padrón, quien añadió que a la Iglesia le preocupa la vida del pueblo, su salud, alimentación, medicinas, seguridad, empleo, educación y especialmente su vida moral.
Durante el acto de instalación de la Asamblea Ordinaria de la CEV, que se llevó a cabo el pasado domingo 7 de enero, Padrón destacó, además, que la población no debe conformarse ni resignarse a perder su calidad de vida.
Asimismo, advirtió que las protestas e intentos de saqueos que han ocurrido recientemente por falta de alimentos, medicinas y gasolina podrían ocasionar un proceso de convulsión social.
“Desde hace días se generaron en el país protestas de comida, de gasolina y saqueos. Pareciera que se va a producir un proceso de convulsión social. Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción no solucionan, crean hábitos de mendicidad. A este desastre económico se añade la corrupción”, indicó al respecto tras remarcar que el hambre del pueblo no se resuelve estructuralmente con bolsas de comida.