El año pasado, fueron noticia varios casos de muertes sucedidas en diferentes regiones del país relacionadas con el consumo de licores adulterados. En Portuguesa, Distrito Capital, Miranda y Lara ocurrieron algunos de los hechos.
En septiembre de 2017, una mujer de 21 años llamada Yusberly Beatriz Vásquez, nativa de Duaca, municipio Crespo, falleció después de haber estado en una fiesta en una vivienda de la parroquia Payara del municipio Páez, estado Portuguesa, donde tomó licor.
El padre de la joven declaró en aquel momento a los medios de comunicación que, según recuento de una amiga que acompañaba a su hija en la fiesta, después de almorzar sopa y parrilla comenzó a tomar una “bebida picante” hasta que se embriagó y la acostaron a dormir. Horas después, vomitó y continuó durmiendo.
En la mañana, se percataron de que estaba muerta. La autopsia determinó que falleció por un edema pulmonar que produjo una insuficiencia respiratoria; sin embargo, tomaron muestras para hacer un examen toxicológico para comprobar si el líquido que tomó la afectó.
En Barquisimeto, en noviembre, la muerte de un hombre de 34 años de nombre Juan Carlos Gutiérrez despertó sospechas entre los familiares del fenecido, porque quienes compartieron con él las últimas horas daban datos distintos acerca de la forma cómo transcurrieron los momentos previos a la muerte.
Cuando a Gutiérrez lo llevaron al Hospital Central Universitario Antonio María Pineda estaba convulsionando y luego murió por un paro respiratorio. La noche anterior, el hombre habría tomado acompañado de dos personas por lo menos dos botellas de ron. La viuda calificó como “muy raro” lo sucedido.
“Algo le dieron”, dijo la esposa y pidió la apertura de una investigación.A pocos días de terminar el año, en Catia (Caracas) y Ocumare del Tuy (Miranda) tuvieron lugar otros dos acontecimientos relevantes.En Miranda, entre el 21 y 22 de diciembre un grupo de personas compartió tragos de “guarapita”, hecha de alcohol y parchita.
Después la combinaron con polvo artificial para hacer jugo. Cuando se terminó, alargaron el compartir con dos botellas de alcohol de alta pureza compradas en una vivienda y las mezclaron con mangos verdes, según reseñó El Pitazo.
La madrugada del 23, quienes consumieron esas bebidas sintieron dolores abdominales, náuseas, mareos y convulsiones. Dos mujeres y dos hombres murieron.El primer día de 2018, los esposos Antonio José Martínez y Nayhlin Sánchez murieron luego de pasar el 31 de diciembre tomando una bebida casera hecha con licor y luego bebieron ron.
El 2 de enero en la madrugada la mujer vomitó y volvió a dormir. Horas después, la pareja notó que no tenía signos vitales. Martínez comenzó a vomitar ya avanzada la mañana y feneció también. La autopsia de ella determinó como causa del deceso insuficiencia respiratoria, hemorragia pulmonar y edema cerebral, conforme a datos recabados por el Diario 2001.
Aunque parece cocuy no siempre lo es
En el territorio larense, ha aumentado notablemente la venta informal de cocuy, lo cual implica el riesgo de adquirir licor adulterado.Tal como lo aclaró Beiker Valdallo, productor de la fábrica Coari, ubicada en Bobare, existe el aguardiente, hecho con melaza y agua y el cocuy, hecho de agave de penca.
El cocuy, a su vez, puede ser 100 % puro, es decir, con jugo de agave como único ingrediente y mixto, el cual contiene 60 % de agave y 40 % de azúcar y puede ser tipo coñac o macerado.Quien siembra penca debe esperar entre cinco a siete años para que la planta esté apta.
Se necesitan aproximadamente 100 mil matas para extraer cocuy puro, aportó Valdallo. Para preparar el cocuy en clima caluroso la penca está lista para ser procesada después de estar entre ocho a 10 días en los hornos artesanales (huecos cavados en el suelo, con leña encendida y piedras). Si hace frío, demora entre 20 y 30 días.
Para acelerar la fermentación, obtener mayor cantidad de licor y más ganancias hay quienes agregan urea o formol, combinación que puede ser tóxica para el organismo. Para reconocer el cocuy de calidad de uno adulterado, el productor con más de una década de experiencia recomienda fijarse primero en el precio de la botella, pues cuando lo producen con el procedimiento e ingredientes adecuados el costo de cocuy puro es de 800 mil bolívares y el mixto cuesta 150 mil bolívares.
En la calle, hay quienes ofrecen el 100 % puro a 100 mil bolívares.Otro factor para dudar son los grados al probarlo. Cuando es puro el sabor es mucho más fuerte que uno adulterado.En el alambique autorizado donde labora Valdallo y presidido por don Dolores Giménez “lo que sale es sano.
Hasta un enfermo lo puede tomar”, aseguró Giménez. En Lara hay 42 productores en Iribarren, Urdaneta y Torres certificados y agrupados en la Asociación de Productores de Cocuy. Les preocupa que existan personas que ofrezcan aguardiente como si fuera cocuy.