Hoy quiero dedicar este artículo a toda aquella persona que tiene un título universitario cualquiera sea su especialidad. A quienes tienen postgrado y doctorado. A los que se graduaron suma cum laude. A todos aquellos que académica e intelectualmente se sienten y están por encima de muchos y con razón. A todos quienes tienen un cociente intelectual elevado comprobado.
Si, quiero dedicárselo a los graduados en las mejores universidades del mundo que son el orgullo de sus familias y de sus respectivas naciones. Por cuanto Dios, aunque no lo vean, no lo reconozcan o lo pongan en duda. Incluso, quienes rechazan a Dios con soberbia, es quien les ha dado esos talentos. Eso está muy claro en las Sagradas Escrituras. “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” Fil.2:13. Por tanto, no crean que lo bueno que les ha ido en relación a su vida intelectual, académica y laboral es algo que lo han hecho porque Uds. así lo han querido. ¡No! “Dios es el que en vosotros produce el querer y el hacer”. Esa, es la voluntad de Dios. Punto.
La buena noticia es que Dios les ha capacitado con ese cociente intelectual especial, no solo para que se regocijen en sus talentos y enaltezcan su ego, sino para que reconozcan la existencia de un Dios Todopoderoso, quien en medio de la caída del ser humano producto del pecado, les otorga la Salvación. Y sus extraordinarias capacidades dadas por el Altísimo, no les impiden que le alaben, exalten y obedezcan su Santa Palabra.
Esta semana se celebra el Día de los Reyes Magos. Y es bueno sepan, que estos hombres que se allegaron a Belén a rendir culto al Salvador, no eran simples magos de un circo barato o de calle. “Si bien la palabra «mago» viene de esa raíz, los mágoi (plural) no eran magos como hoy se entiende la palabra. Eran de alta alcurnia, educados, ricos e influyentes. Eran los filósofos consejeros del reino, instruidos en toda la sabiduría del antiguo Cercano Oriente. Los «, magos» que vinieron a buscar al niño Jesús no eran idólatras. … “Eran hombres rectos que estudiaban las manifestaciones de la Providencia en la naturaleza, y eran honrados por su integridad y sabiduría. De este carácter eran los magos que vinieron a Jesús”. Libro El Deseado de Toda la Gente. Elena de White.
Si, mis aventajados lectores, si agudizan un poco su intelecto se darán cuenta que las grandes capacidades intelectuales de estos hombres nunca les impidió volcar su interés en conocer más del Salvador del mundo. Nada impidió estudiar su existencia y por lo tanto allegarse a Él con interés sincero. Todo lo contrario. “Estudiaban los cielos tachonados de estrellas, y trataban de escudriñar el oculto misterio de sus brillantes derroteros, contemplaban la gloria del Creador. Buscando un conocimiento más claro, se dirigieron a las Escrituras hebreas.”. Ob.Cit.
Hoy todos Uds. tienen también una oportunidad de oro. A través de los dones intelectuales que Dios les ha dado, pueden inclinar su conciencia al conocimiento de la Ciencia de la Salvación. Y como estos personajes, asegurar un puesto de privilegio cuando nuestro Señor Jesucristo venga por
Segunda vez a esta tierra a fundar un mundo en donde toda sabiduría humana quedará olvidada en un triste pasado. Vendrá a buscar un pueblo culto y sabio de verdadera valía. Es el momento mis amigos de buscar un conocimiento más claro. Y el lugar se encuentra en las Escrituras. ¡Hasta el martes Dios mediante! Próximo artículo: Fuerza, fortaleza y paz.
William Amaro Gutiérrez
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