La delincuencia causó estragos en Lara durante 2017. La tasa de muertes violentas se estimó en 52 por cada 100 mil habitantes según los datos registrados por el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).
El OVV calcula que ocurrieron 2.8 muertes violentas al día, es decir, alrededor de 20 asesinatos por semana y 1.050 en el año.
Sobre los sucesos registrados por el Observatorio de Prensa del OVV Lara (una de las fuentes de información que posee esta organización) 72% de estos se registraron en las calles de las ciudades de la entidad y en 81% se emplearon armas de fuego. El móvil más común fue el robo, que cerró en 28%.
Entre los hallazgos más emblemáticos que resultaron de los estudios realizados, se encuentra el hecho de que 24% de homicidios en el estado pueden ser considerados como sicariatos.
Además, se mantienen las características demográficas del delito en nuestra sociedad, del total de las víctimas 91% pertenecían al género masculino -sólo 9% al femenino- , más del 60% se ubican entre los 12 y 29 años de edad.
Los principales delitos de acuerdo a lo reportado por la prensa regional son: el homicidio (42%), seguido de las lesiones (27%), el robo (16%) y otros delitos (15%).
El OVV considera que este año estuvo marcado por el deterioro de la calidad de vida del venezolano y la disolución sistemática del Estado de derecho. En el caso de la entidad larense se vio reflejado en la violencia política, los delitos por hambre y la saña en los crímenes.
Cabe señalar, que la tasa de muertes disminuyó siete puntos, en comparación a 2016 que se ubicó en 59 muertes violentas por cada 100 mil habitantes.
Al respecto, Carlos Meléndez, sociólogo y coordinador del OVV Lara, explica que se manejan tres hipótesis: la disminución de los homicidas porque han sido asesinados por funcionarios militares y policiales en supuestos enfrentamientos; la actuación de los cuerpos de seguridad del Estado durante los cuatro meses de protestas sociales en contra del actual gobierno nacional que obligó al desplazamiento del crimen organizado; y la institucionalización del crimen organizado que genera nueva maneras de pactar entre los delincuentes y deviene una especie de paz criminal.
Pese al descenso de las muertes violentas, hubo un incremento en los sucesos por resistencia a la autoridad, que pasó 4,9% —en 2016— a 13%, en relación, Meléndez sostiene que: “se debe a una política beligerante del Estado venezolano que consiste en el aniquilamiento de presuntos delincuentes”.
El coordinador del OVV considera que si durante 2018 “no existe voluntad política para generar la reconstrucción social seguiremos en un país enlutado”.