“No es lo mismo un pueblo pobre que un pobre pueblo”.
Los venezolanos nos debatimos entre muchas incertidumbres…
Campea la desolación, las calles parecen ser de pueblos fantasmas, y. mientras la nueva autoridad del estado logra conseguir el apoyo de Corpoelec y emprende la restitución de algunas luminarias en las avenidas de la ciudad capital, la basura se acumula y empiezan a proliferar las moscas.
Enfrentamos una hiperstanclación, es decir, estancamiento del sector productivo con crecimiento indetenible de la inflación, y es qué, la única forma que conozco que puede controlar la inflación es una producción que garantice el retorno de los capitales invertidos y una rentabilidad acorde con el esfuerzo, trabajo, dedicación y creatividad ejecutados, además, por supuesto, de un margen de ganancia que permita la obtención del capital suficiente que permita su reinversión.
A groso modo, este es el ciclo económico que tenemos que cubrir, en cambio pareciera que el objetivo es acabar con el sistema que puede traernos bienestar social, mejorando la calidad de vida de los ciudadanos… “La empresa privada”.
Los aumentos compulsivos de los salarios, sin que el ingreso de los trabajadores provenga de la producción rentable, tan sólo, traerán mayor inflación, es como echar gasolina al fuego, y a esto, por lo menos en el municipio Iribarren, le ha sido añadido un aumento en los impuestos, aparentemente injustificado en su monto.
Es inobjetable la anulación de la reposición de los inventarios ante la creciente inflación, costear la producción y la adquisición de bienes para ser comercializados, es prácticamente imposible. A muchos empresarios se les ha satanizado y acusado de ladrones, sin estimar los costos reales de sus insumos y de necesidades conexas con su ramo.
Para muchísimas familias ya es imposible la reposición de un artefacto eléctrico: Nevera, televisor, lavadora, equipos de sonido, y/o aparato de aire acondicionado; casi siempre dañados por las fallas del sistema eléctrico. Con gran pesar se recuerda que, cuando la electricidad la suministraba la Energía Eléctrica de Barquisimeto (Enelbar), que era una empresa privada, se responsabilizaba por los daños de los aparatos eléctricos ocasionados por deficiencias del sistema.
El sistema de salud está por el suelo y la educación impartida por el sector público está calificada como muy deficiente. Las universidades autónomas protestan por falta de presupuesto, aun cuando es sabido que el desarrollo de un país se basa fundamentalmente en su educación.
La delincuencia hace estragos y sigue cobrando víctimas, mientras el hambre se acrecienta y ya la basura no alcanza para todos los menesterosos, porque muchos hogares comienzan a reciclarla.
La incertidumbre se apodera de los ciudadanos, surgen la anarquía y los rumores, como el que ha circulado en los medios de comunicación social, nacionales e internacionales, referente a que el gobierno cubano expropió el capital accionario venezolano, integrado por el 49% de las acciones de la refinería Camilo Cienfuegos, ubicada en aquel país, y nadie desmiente el caso. Entre tanto, sufrimos de una creciente falta de gasolina que trajo como consecuencia la disgregación de las familias en una fecha tan significativa como lo es el 31 de diciembre, que se ha institucionalizado, precisamente, como el “Día de la familia”.
Mentiras y manipulaciones nos han transformado no en un pueblo pobre sino en un pobre pueblo. ¿Feliz año?