Con pocas busetas circulando y tarifas con sobreprecio funcionó el transporte público, ayer 2 de enero, en el municipio Iribarren, precariedad que obligó a los ciudadanos a caminar kilómetros desde sus casas hasta las avenidas de mayor tráfico para poder tomar un bus.
La peor dificultad la tuvieron los habitantes de la zona norte. Salir de casa para cumplir el primer día laboral del año y regresar fue caótico para muchos. Testimonio de esto dio Víctor Zabala.
En la mañana, Zabala caminó unas 14 cuadras hasta la Intercomunal Barquisimeto-El Cují, porque cerca de su casa donde acostumbra a esperar transporte ayer no pasaba. Por la tarde después de haber esperado una hora y media, aproximadamente, sin que pasara ninguna unidad, hizo otra caminata desde la avenida Venezuela con 22 -donde suelen detenerse las busetas que van hacia Carorita- hasta la avenida Andrés Bello, cerca del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda.
Buena parte de los autobuses en circulación no eran de los afiliados a líneas formales, por la cual cobraban el pasaje con sobreprecio. Hacia Carorita, dijo el usuario Aurelio Bastidas, este martes, pese a no ser un día feriado, los choferes exigían desde 5 a 7 mil bolívares por una ruta incompleta -desde la avenida Andrés Bello hasta el estadio de Carorita-. “Exageran. Es un abuso. Ahorita llegó una buseta cobrando 6 mil y como nadie se quiso montar lo bajaron a 5. La necesidad tiene cara de perro. Todos están como yo aquí, con hambre, con ganas de llegar a la casa a descansar. Además, están pidiendo esa cantidad con un mal servicio”, acusó Bastidas.
Menos prolongada fue la espera para pasajeros que se trasladaban en la tarde desde la carrera 19 hacia el este de la ciudad. Por lo menos media hora había esperado Eduard Pérez para trasladarse hacia la avenida Lara.
Pérez cree que el déficit de transporte va a empeorar. A las autoridades regionales recomienda “poner mano dura, porque la situación se está saliendo de control”.
Transbarca deficiente
El Plan de Contingencia activado en diciembre por el alcalde Luis Jonás Reyes con 20 unidades de Transbarca para cubrir las rutas hacia el norte “es falso”, afirmó Bastidas. La medida, en palabras de Bastidas, fue una “patraña política”, porque los residentes de ese lado de la urbe siguen padeciendo para movilizarse.
Quejas del sistema de transporte estatal también expresaron varios usuarios de la ruta que llega a Río Claro. Los tres buses asignados pasan con retraso de hasta una hora y media, cuando lo regular es que lleguen al punto de salida en la avenida Vargas entre 17 y 18 cada 40 minutos, dijo el pasajero Alcides Gutiérrez.
Como solución los usuarios propusieron que un supervisor coordine la parada permanentemente.