La imposibilidad económica para comprar los alimentos y las fallas en salubridad pública, causadas por el Gobierno nacional, han llevado a que en Venezuela se afiance la desnutrición, sobre todo en las poblaciones más humildes y estados fronterizos. La Fundación Bengoa, en la voz de Maritza Landaeta, aseguró este martes que resulta preocupante el cuadro que observan cada vez con más frecuencia: desnutrición crónica que produce retardo en el crecimiento físico y en el desarrollo cognoscitivo, por el poco consumo de calorías y proteínas.
Durante el 2017, se robusteció el deterioro de la calidad de vida. La deficiencia en el sistema de salud y el poco interés en ofrecer servicios públicos de calidad han configurado un escenario de enfermedades infecciosas y mortalidad infantil.
“Las inmunizaciones que debieron aplicarse, como dice el calendario de vacunaciones, no se cumplió, por eso es que vemos las muertes de los más pequeños, porque no hay prevención ni protección. Tenemos el agua en lamentable condición y las ciudades contaminadas con la basura, lo cual contribuye a la diarrea”, detalló Landaeta y refirió que desde hace 4 años no llega a Venezuela la rotavirus, una vacuna que protege a los niños de la diarrea, primera causa de la desnutrición.
También dio a conocer que el 25 % de los embarazos están ubicados en madres menores de 18 años, quienes llegan al control con el tiempo de gestación bastante avanzado y con unas condiciones de vida precarias. La mala alimentación, la falta de calcio y ácido fólico ocasionan que no cuente con la posibilidad de ofrecerle a su bebé lo que requiere durante el embarazo, es decir, que al momento de nacer presentan bajo peso. Al respecto, la experta subrayó que “lo más preocupante” son los niños que nacen con desnutrición y retardo de crecimiento intrauterino.
“Tenemos familias desnutridas porque todos están comiendo lo mismo, básicamente carbohidratos. Si no tenemos proteínas ni un equilibrio en los nutrientes, los cuadros se hacen cada vez más severos”, agregó.
Es importante recordar que no existe información oficial sobre el tema, solo el informe que ofrece Cáritas de Venezuela, quienes alertaron que en enero y febrero del año pasado, 787 menores de 5 años padecían desnutrición moderada; 94 presentaban un cuatro leve y 205 niños estaban bajo riesgo de desnutrición. Los más afectados son los de 2 años.
No obstante, coloca sobre la mesa la respuesta que debería presentar el Estado: un sistema de atención preventiva a la madre y al bebé que consista en proveerles micronutrientes, control de embarazos y suplementos de proteínas. “No es tan complicado, lo que debe existir es compromiso”, dice Landaeta.
Para aquellos casos donde hay desnutrición, señala que debe revertirse con un plan que detalle a qué edad se inicia, cuánto es el tiempo y la magnitud. Aclara que con buena alimentación y estimulación se puede lograr que el niño salga adelante, tomando en cuenta la plasticidad del desarrollo cerebral.