Para recordar: “Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón… y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor” (Lucas 2: 25 y26).
Gracias al cristianismo, diseminado en todo el planeta, se conoce que Jesús nació en este mundo. Lo triste es que muchos desconocen la profecía, como la de Miqueas 5:2 refrendada en Lucas 2:15, que habla del lugar de nacimiento.Ypreguntamos: ¿Entendemos para qué vino Cristo por primera vez?¿Conocemos la razón de su Segunda venida? ¿Creemos o aceptamos lo escrito en Juan 3:16?
Nos involucramos en tantas asuntos sobre el nacimiento y vida de Jesús, pero poco escuchamos sobre el olvido de José y María, y que fue el mismo olvido de su pueblo,a quienes les llegó el conocimiento de primera mano; tal vez se descuidaron y/o “le echaron tierra” al suceso.
Los pueblos y las personas olvidamos con gran facilidad. Bien lo dijo Confucio: “Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla” (tomado de www.siempreconectados.es). Y tras una anécdota que se cuenta allí, Confucio concluyó: “Un gobernante tirano es mucho peor que un tigre devorador de seres humanos” (Ídem).
En Lucas 2, junto con Mateo 1,encontramos mucha información sobre el nacimiento de Jesús:Desde el anuncio divino a José y María; el censo de Augusto Cesar, la matanza de niños por el malvado Herodes el grande;el nacimiento (ángeles, pastores y sabios); la presentación en el templo, (el sacerdote, la circuncisión, profecía de Simeón); la visita al templo a los 12 años, donde Jesús anuncia que también venía de su Padre celestial, entre otros.
En el texto de hoy, muestra aSimeón, un anciano y profeta poco conocido del pueblo Judío, le había pedido a Dios que no lo dejara morir antes de ver nacer a su Santo Hijo. Entonces, ante la presentación de Jesús a los ocho días de nacido (Lucas 2:21), Simeón estaba allí y pidió tomar al niño en sus brazos y dijo:
“Ahora Señor, despide a tu siervo en paz, conforme a tu palabra; porque han visto mis ojos tu salvación,…He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha (y le dijo a María, una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones” (Lucas 2: 21-38).
La profetisa Ana, ese mismo día se presenta: “…daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén” (v.38).
Cuando Simeón mencionó que una “espada” (simbólica) traspasaría el corazón de María, se cumplían cuatro o más versículos de Lucas 2. Entre otros: el19, 33, 50 y 51. Porque todos se maravillaban por el cumplimiento profético o no lograba entender lo que sucedía.Ante la muerte de Cristo en la cruz, fue cuando a María, la madre de Jesús, vio la “espada” atravesando su corazón, allí entendió lo que habían dicho los ángeles (Mateo 1:21), los pastores, Simeón, Ana y el mismo Jesús en el Templo a los doce años.
El olvido de José, María y el pueblo, nos enseña a estar preparado, no cada 24 o 25 de diciembre, para recordar el nacimiento de Jesús, porque Él va a venir por Segunda vez y nos va encontrar desapercibidos, tal vez en fiestas o actividades que no tiene nada que ver con ese acontecimiento, y que cada vez está más cerca.
Eduardo Iván González González
www.ventanabiertalmundo.com