Ayer, mientras estaba en una parada de transporte público en la avenida Lara, cerca del Centro Comercial Río Lama, al este de la capital larense, dos ladrones se acercaron a José Antonio Fernández Bastidas y le pidieron el celular que tenía en la mano, él al parecer no quiso entregarlo y uno de los sujetos decidió dispararle en la mandíbula y en el tórax. Luego, huyó junto con el cómplice sin robar nada.
La escena la presenció desde su carro un taxista que circulaba por la avenida Lara justo cuando entre el par de delincuentes intentaban atracar a Fernández. Después de escuchar los dos disparos el taxista no dudó en bajarse para auxiliar a Fernández y lo llevó a la emergencia de una clínica en la avenida Los Leones. Cuando llegaron eran más de las 8 de la mañana, el herido podía caminar y hablar. Antes de que lo atendieran los médicos pudo darle el teléfono al taxista y especificarle la contraseña para que pudiera utilizar el aparato y avisar lo sucedido a sus parientes.
Pese a haber ingresado consciente, el organismo de Fernández colapsó rápidamente. Lo entubaron, sufrió un paro cardiaco, lo reanimaron, pero no resistió. Aproximadamente dos horas y media después de haber entrado a la emergencia falleció.
El cuerpo fue retirado de la clínica por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) pasadas las 4 de la tarde. También en la tarde llegaron los familiares de Fernández, provenientes de Trujillo.