El Maracucho, así era conocido de cariño, era un abuelo de 85 años, bastante lúcido y terco, no le gustaba que nadie lo ayudara, él se valía por sí solo.
Cuando le tocaba cobrar la pensión se iba un día antes en la noche para “marcar la cola” y regresaba a las 5:30 de la mañana. Otras veces, como fue el caso de ayer, se fue a las 3:30 de la madrugada, para el Banco Bicentenario que se encuentra en la avenida Las Industrias de Barquisimeto, ubicado al oeste de la ciudad.
La víctima: Hermenegildo Andazol, residente de la urbanización La Caldera.
Relató su sobrina Aída Graterol, que su tío estaba en la cola y aproximadamente a las 6 de la mañana cruzó la avenida con intenciones de orinar, luego de hacerlo y regresar. Fue embestido por un vehículo, el cual venía a exceso de velocidad, el cuerpo de El Maracucho fue elevado y arrastrado al menos tres metros, según le contaron los presentes a Graterol.
Una vez que el vehículo impactó al anciano se dio a la fuga. Los presentes al ver lo sucedido corrieron para socorrer al octogenario y se dieron cuenta que se trataba de El Maracucho, un señor quien era conocido por los presentes, además que estaban algunos vecinos presentes en el lugar y estos se encargaron de avisar a sus seres queridos.
Al llegar al lugar no había qué hacer, el anciano estaba tapado, había fallecido de forma inmediata.
El señor residía con su hermana, no tenía hijos, pero sus sobrinos manifestaron que ellos lo consideraban como un padre.
Relataron que las veces que su tío iba a cobrar a pesar que madrugaba tanto, terminaba saliendo del banco a mediodía o las 3 de la tarde, cuando lo recogía un vecino y hubo ocasiones que llegó con las manos vacías.
Lamentaron lo sucedido a la vez que indican que posiblemente el siniestro quede impune, pues el causante de la muerte de El Maracucho se dio a la fuga sin dejar rastro alguno.
Los testigos se mostraron algo molestos, al manifestar que dichos accidentes no eran investigados por funcionarios de Tránsito Terrestre, que nunca aparecen los culpables.
