Todas las llamadas potencias mundiales han visto a nuestro país como una inagotable fuente de riquezas naturales y su intervención viene ocurriendo desde la época colonial. En la construcción de los primeros sistemas ferrocarrileros puede observarse esta intrusión.
El primer ferrocarril que tuvo nuestro país fue construido por la compañía inglesa New Quebrada Company Limited, mediante contrato suscrito sobre minas y ferrocarriles publicado en Gaceta Oficial Nº 168 de fecha 25/12/1873 y conducía desde el puerto de Tucacas hasta las minas de Aroa con el fin de explotar el cobre requerido para las industrias metalúrgicas de Europa.
El tramo inicial fue inaugurado por el presidente Antonio Guzmán Blanco quien llegó a Tucacas a bordo del vapor Bolívar, acompañado de ministros, representantes de diversas naciones e inversionistas, de allí hasta el estación de Palma Sola, luego hasta el sitio La Luz de donde continuarían a caballo hasta las minas de Aroa.
Para cumplir el dificultoso trayecto fue necesaria la construcción de puentes como el del río Aroa, llamado “Ilustre Presidente Guzmán Blanco” por la empresa constructora, en clara lisonja al mandatario nacional y presentado como “regalo” a la nación, al margen de la clara utilidad que tenía para la compañía el traslado de la carga. Luego cuando se expandió a nuestra ciudad se hizo menester fabricar otro que superase la quebrada La Ruezga.
“Hai en el Estado Lara 64 millas de vía férrea en explotación pertenecientes a la Compañía de Minas “Bolívar”. Esta vía une el puerto de Tucacas con las minas de cobre a 6 millas de la población de Aroa, por donde pasa la línea y tiene su estación principal. Este ferrocarril empezó a dar grandes resultados a la empresa y ha podido rendir incalculables beneficios al Estado Lara, si la compañía hubiera arreglado su tarifa de una manera cónsona con las posibilidades del comercio del interior.
El Gobierno del Estado Lara presidido por el progresista Jeneral Jacinto Lara en 1877, construyó una carretera que une a la ciudad de Barquisimeto con la población de Aroa, estación principal del ferrocarril y debido a este camino que a pesar de las diferencias ocurridas entre el comercio y la Compañía, el tráfico ha seguido. La misma Compañía por contrato celebrado con el Gobierno nacional se prepara a extender la vía a Barquisimeto”; señala Telasco Mac Pherson en su reconocido Diccionario.
El 18 de enero de 1891 fue inaugurado el ramal ferroviario de El Hacha a Barquisimeto. El Presidente de la República Dr. Raimundo Andueza Palacios acompañado de una enorme comitiva que incluía la Banda Marcial de Caracas; tropa; el clero e invitados especiales, que incluían las llamadas fuerzas vivas, que terminaban siendo los más vivos de su tiempo y una multitud de lugareños. El tren presidencial había dormido la noche anterior en Duaca y ese día a las 8:00 am apareció en las sabanas de La Ruezga resoplando humo y ensordeciendo a los habitantes de esta ciudad, que durante varios días festejaron la llegada del caballo de hierro como lo describía Julio Nervo.
Antes de ser construido este ramal, los pasajeros de Barquisimeto viajaban en coche de bestias o a caballo hasta la estación de La Luz donde tomaban el tren a Tucacas; de allí embarcaban en el vapor “Barquisimeto” a Puerto Cabello, donde trasvasaban a una goleta que los conducía a La Guaira y completaban el trayecto en bestias o calesas hasta Caracas, viaje que podía demorar tres o cuatro días. La visita que realizó el General Cipriano Castro en 1908 a esta ciudad, fue calificada por cronistas como la más veloz: salió de Caño Amarillo; embarcó en La Guaira para llegar a Tucacas y de allí tomar el tren que lo dejó en las afueras de Barquisimeto, todo en 16 horas, una verdadera proeza para la época. Para 1915 el ferrocarril Bolívar contaba con nueve vagones para el transporte de pasajeros
La primera estación del ferrocarril en Barquisimeto estaba ubicada frente a la actual Catedral; de allí partía una línea para el tranvía de caballos que recorría el centro y la zona comercial de la ciudad.
Bajo el lema de “Barquisimeto puerto de mar” los factores fructuosos locales, orquestaron una campaña que buscaba atender la exportación de productos regionales que escasamente participaban en el comercio exportador; bien por desatención pública o porque los intereses de la Compañía privaron por sobre el bien común. En 1948 el Estado venezolano compró a la Compañía el obsoleto tren por 827 mil libras esterlinas y lo transfirió al IAF.
En Duaca existió el ferrocarril mucho antes debido a la conexión con las Minas de Aroa, destino final del ferrocarril inglés que partía de Tucacas, de allí que muchos de los principales productos comerciales, incluidos los vehículos y electrodomésticos a kerosene, llegaron primero a Duaca que a nuestra ciudad.
El 2 de diciembre de 1957, fecha consagrada al “nuevo ideal nacional”, el General Marcos Pérez Jiménez, inauguró el tramo Barquisimeto-Puerto Cabello con unidades italianas dotadas de motores diesel y una moderna estación ferroviaria con un diseño vanguardista para la época. Se creó el Instituto de Ferrocarriles y con ello se nacionalizó el servicio. La sociedad barquisimetana obsequió al dictador un “trencito” de oro, por haber dotado a la zona de tan importante medio de transporte. En ese momento los técnicos presagiaban que para 1970, toda Venezuela estaría conectada a través de un gran sistema ferrocarrilero.
A la caída del dictador, el gobierno provisional del Contralmirante Wolfang Larrazábal, rechazó las pretensiones de poderosos grupos económicos que pretendían privatizar el tramo ferroviario Barquisimeto-Puerto Cabello. Durante este periodo, a petición de los centrales azucareros se construyeron ramales para las tres factorías de la región y otra para llevar bagazo a la fábrica de papel de Morón.
A pesar de tratarse de una sentida necesidad nacional, los sucesivos gobiernos de Leoni y Betancourt, abandonaron el proyecto ferrocarrilero. El gobierno de Raúl Leoni desmanteló las líneas Caracas-Valencia y La Fría (Táchira)-Encontrados (Zulia). En el periodo de Betancourt éste liquidó las líneas La Guaira-Caracas; Caracas-El Tuy; Puerto Cabello-Valencia. Hasta finales del s. XX se mantuvo la línea que de esta ciudad conducía a Puerto Cabello, hasta su progresivo deterioro y paralización del servicio.
Reseñas periodísticas de la primera década del siglo XXI señalan a empresas chinas que a través de costosos contratos prometieron la conclusión de la vía. Luego fue revocado este contrato y otorgado a Cuba aduciendo la enorme experiencia que esta nación tenía en el manejo de sistemas ferroviarios.
Hoy con reiterados anuncios de su inminente reinauguración, los barquisimetanos parecen haber olvidado un medio que agilizó el comercio, el transporte de pasajeros y desempeñó un papel trascendental en la historia de la región, que hoy ansía ver reaparecer el extraviado caballo de hierro.