“El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente”. Lord Acton (10-01-1834/19-06-1902).
John Emerich Edward Dalberg-Acton, Lord Acton, fue un historiador y político inglés. Católico y liberal, es famoso por haber acuñado el conocido aforismo «El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente» (Power tends to corrupt, and absolute power corrupts absolutely). Fuente: Wikipedia.
Venezuela entra en otro ciclo, expectante ante el inmenso poder que el domingo pasado, 10 de diciembre, le otorgaron los electores al sector que ha venido gobernando al país desde hace más de dieciocho años.
Es inmensa la responsabilidad adquirida en elecciones cuestionadas por el sector que se opone a las medidas económicas y sociales impuestas desde la cúpula del poder gubernamental.
No se trata de apoyar controversias políticas, la Red de Instituciones Larenses la constituimos como una organización apolítica partidista de pensamiento plural y como Foro de Opinión que somos, ese ha sido nuestro estandarte durante el lapso en el cual hemos trabajado continua, constante y consistentemente en pos de aportar soluciones a las situaciones que han traído, como consecuencias nefastas, el grave deterioro económico y social de la ciudadanía en general.
Es normal felicitar a quien ha tenido éxito en una contienda cualquiera, en este caso electoral, pero debemos cumplir con el deber de recordar al sector ganador qué, ese mismo poder logrado les otorga la colosal responsabilidad de restaurar lo que hemos perdido por los errores cometidos durante los años de su mandato.
Necesariamente, poder no es sinónimo de soberbia, existen sectores de la sociedad civil que han aportado sus conocimientos, trabajo, tesón, perseverancia, y con demostrado altruismo han elaborado y entregado propuestas que de haber sido analizadas objetivamente y de haberse implementado imparcial, eficiente y eficazmente hubiesen evitado la caída libre hacía el abismo en el cual nos encontramos.
Es una de mis máximas favoritas la que expresa: “No existe sistema productivo que haya logrado trabajar a pérdidas”.
La única alternativa conocida para alcanzar el equilibrio económico es lograr la estabilidad entre oferentes y consumidores, entre la oferta y la demanda, es la estabilidad del mercado y, eso, señores, se logra con productividad. Y a la productividad, siendo sinónimo de producción eficiente, sólo se llega teniendo las condiciones apropiadas: seguridad jurídica, libertad de mercado, que significa, implementación de controles tan sólo en los lapsos de desequilibrio de esos mercados, y esto, debe ser perentorio. La eficiencia y eficacia en la implementación de los controles desde siempre ha quedado demostrada por la brevedad del lapso de su duración.
Está comprobado que la empresa privada es la mayor y mejor generadora de empleos formales y bienestar social. El desarrollo económico trazado por las libertades establecidas en nuestra Carta Magna, sin componendas, dogmas o manipulaciones, determina el camino de un país próspero y de haber sido respetado el espíritu, propósito y razón del legislador probo, plasmado en nuestra Constitución Nacional, sin ambigüedades, ni adaptaciones que, presumimos, desfasadas fracasadas en épocas ya pasadas, el país hubiese aprovechado la renta petrolera transformándola en bienes de reinversión, dando inicio a la rueda de “producción rentable, es decir, producción con productividad”.
