Venezuela fue declarada nuevamente en default este viernes por la agencia calificadora S&P Global Ratings, por no haber desembolsado 183 millones de dólares para el pago de dos bonos de deuda.
«Venezuela incumplió el pago de 183 millones de dólares para los cupones de sus bonos globales con vencimientos en 2023 y 2028 dentro del período de gracia de 30 días», dijo S&P, que confirmó el estado de default parcial de deuda de la nación petrolera.
S&P advirtió en su nota que Venezuela «podría de nuevo incumplir un pago en sus obligaciones de deuda» en los próximos tres meses.
Por los bonos 2023 y 2028, cuyos intereses vencían el jueves, Venezuela debía desembolsar 90 y 92,5 millones de dólares respectivamente.
La petrolera estatal PDVSA, declarada también en default parcial por agencias calificadoras y un grupo de acreedores, aseguró este viernes en Twitter que inició el pago de 233 millones de dólares de intereses de bonos, cuyo período de gracia vence el próximo lunes.
«Ratificamos la solvencia y solidez de nuestra industria petrolera», subrayó Petróleos de Venezuela, cuyos títulos representan 30% de la deuda externa del país, estimada en unos 150.000 millones de dólares que el presidente Nicolás Maduro busca refinanciar.
El gobierno venezolano no ha informado sobre el pago de 237 millones de dólares que debía realizar el pasado martes por rendimientos de sus bonos soberanos 2025 y 2026.
Aduciendo el impago de esos intereses, S&P ya había declarado al país en default.
S&P y la también calificadora de riesgo Fitch declararon en los últimos días a Venezuela y a PDVSA en default parcial, por retrasos con varios pagos de capital e intereses de la deuda soberana y de la compañía.
PDVSA, que aporta 96% de las divisas del país, fue declarada el 16 de noviembre en default por la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA) -que reúne a acreedores-, por tres retrasos en sus pagos.
El país con las mayores reservas petroleras del mundo debe pagar en lo que resta del año varios cientos de millones de dólares de deuda soberana y de PDVSA, y unos 8.000 millones en 2018.