El 15 de diciembre, a diez días de lo que en años anteriores fuera la visita del Niño Jesús para unos o de San Nicolás, para otros, se espera que se produzca la discusión del documento presentado por las cancillerías facilitadoras de la mesa de negociación en República Dominicana, cuya actuación ha sido solicitada por la comunidad internacional y el Alto Comisionado de los DDHH de la ONU. Los ecos de tales logros y expectativas, movilizaron a pacientes en riesgo este miércoles en Barquisimeto para introducir ante la Fiscalía, la solicitud de abrir los canales humanitarios para la llegada de medicamentos y la eliminación del Carnet de la Patria, para recibirlos, por cuanto excluir, atenta contra los Derechos Humanos universales.
Un grupo de ONGs en las cuales participa Codevida, pidió la palabra en tierras dominicanas, con el fin de presentar la situación vivida por todos los venezolanos que resultan afectados por la escasez de medicinas. Aunque pareciera ser evidente, ha resultado difícil que el gobierno acepte que vivimos una emergencia humanitaria y por fin ha sido posible plantearlo en la mesa de diálogo, gracias al acompañamiento de las cancillerías: evidenciar que la emergencia y la ayuda humanitaria han de ser punto crucial en el diálogo: En la mesa de los vivos, ha de tomarse en cuenta a los que pueden morir por ausencia de asistencia. Hoy tenemos 4 millones de personas en riesgo, lo cual aunque usted no lo crea, sigue siendo negado en la historia oficial, construida reescribiendo los acontecimientos. Los fallecidos abarcan todas las edades y en el caso de los bebés, excede lo inhumano.
Por mucho que uno intente, es difícil entender las razones por las cuales el gobierno no acepta la ayuda humanitaria. Tecnicismos en la nominación, como el hecho de que se aplica a “situaciones originadas por conflictos bélicos o por desastres naturales”, podrían ser resueltos, llamándola, “Emergencia Compleja”, invocada en casos de falta de gobernabilidad o inestabilidad política, detrimento económico y conflictos sociales internos entre grupos armados.
Al margen de las formas lingüísticas, habría que pensar en las posibles causas políticas: los efectos de la constatación, por parte de organismos internacionales de la verdadera situación de nuestros pacientes de cáncer, VIH-Sida, trasplantados, con diálisis, hipertensos y diabéticos, cuyos tratamientos en algunos casos, son muy costosos y requieren ser aplicados en su totalidad para ver los resultados. Otra podría ser, que se acabaría el chantaje con el Carnet de la Patria y en consecuencia, la ayuda no podría ser excluyente, sino por el contrario, prestada a quien la requiere, al margen de su pensamiento político.
Otra razón, quizás la de aceptar internacionalmente la ausencia de una verdadera política de salud y atención médica, lo que incluye, por extensión, el desprecio por la formación profesional y especializada, bajos salarios, desmejoras laborales y sustitución de los profesionales y especialistas, por los llamados “médicos integrales”, amén del deterioro de los centros hospitalarios, la ausencia de cifras e informes por parte del Ministerio de Salud, la carencia de insumos médico-quirúrgicos, equipamientos y mantenimiento, para no enumerar un largo rosario que agobia.
En fin, que al margen de cómo se le adjetive, se trata de una emergencia y como tal, ha de ser asumida.De aprobarse el socorro humanitario, las personas con VIH, podrían recibir regularmente los fármacos retrovirales y suplir el 89 % de las medicinas,cuya escasez impide el tratamiento de la diabetes y salvar las 3000 personas trasplantadas, que según Convive están en riesgo por la falta de inmunosupresores. Si añadimos la escasez y encarecimiento de los alimentos, sobran razones para pedir ayuda internacional.
Codevida y Aliadas, proponen mecanismos de Cooperación Internacional para la atención inmediata de la emergencia en salud y nutrición en los grupos más vulnerables. Solicitan la utilización de fondos de Emergencia, Estratégico y Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud, para proveer medicinas, vacunas e insumos para el tratamiento y diagnóstico de enfermedades. La atención de 10.000 personas con el Botiquín Médico Interinstitucional de Emergencia y la intermediación de UNICEF, para recibir y distribuir insumos nutricionales y terapéuticos para tratar la Desnutrición severa o moderada, no contenidos en el Botiquín Médico de Emergencia. En fin, que el 15 no será el último para tratar estos asuntos.
