El reconocimiento por parte de Estados Unidos de Jerusalén como capital de Israel provocó este jueves disturbios en los territorios palestinos, enfrentamientos esporádicos y un llamamiento a una nueva intifada, suscitando temor ante un posible estallido violento en Oriente Próximo.
El anuncio del presidente estadounidense Donald Trump provocó un rechazo casi unánime de la comunidad internacional, incluidas advertencias desde Turquía, la Unión Europea y Rusia.
Un responsable palestino aseguró este jueves que el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, “no es bienvenido en Palestina”, adonde tiene previsto viajar en la segunda quincena de diciembre.
El ejército israelí decidió desplegar cientos de soldados adicionales en Cisjordania ante la amenaza de una ola de violencia y después de que se produjeran choques esporádicos entre los palestinos y sus soldados en distintas zonas.
En un discurso pronunciado desde Gaza, el líder de Hamas, el movimiento islamista que controla ese territorio, pidió una nueva intifada. En unas horas varios proyectiles fueron lanzados desde la Franja de Gaza, según el ejército israelí, que acusó a Hamas de estar detrás de esos ataques.
Uno de los cohetes alcanzó Israel provocando una reacción de su artillería y su aviación, que bombardearon “dos puestos militares” en Gaza.
Hubo manifestaciones en varias ciudades de Cisjordania, incluidas Ramala, Hebrón, Belén y Naplusa, y también en Gaza.
Las fuerzas israelíes dispersaron a cientos de personas en un puesto de control a la entrada de Ramala, y la Media Luna Roja palestina comunicó un balance de 22 heridos por balas de goma o reales en Cisjordania.
A pesar de las advertencias de muchos de sus socios, Trump rompió el miércoles con la política de sus predecesores y anunció el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, ordenando el futuro traslado a esta ciudad de la embajada estadounidense, que ahora está en Tel Aviv, una decisión que podría tener consecuencias imprevisibles.
La responsable de la diplomacia europea, Federica Mogherini, lamentó la vuelta a “tiempos todavía más oscuros que los que hoy vivimos”.