La distribución de gas licuado, o doméstico, como también se le conoce, que había mejorado algo hace unos meses, está presentando fallas nuevamente lo que ha llevado a familias de diferentes sectores a protestar cerrando vías públicas para llamar la atención.
Eso fue lo que hicieron, a partir de las cinco de la mañana del martes, vecinos de sectores del sur de Barquisimeto, como Macuto, El Roble, El Manzano, El Seminario y San Martín, entre otros, a colocarse con sus bombonas vacías en la cabecera del puente sobre el río para reclamar solución al problema que confrontan.
Geraldine Pérez, una de las amas de casa afectadas, dijo que desde hace más de dos semanas no se presentan los camiones distribuidores de los cilindros con el combustible casero.
“Ya estamos cansados de cocinar con leña, que nos enferma de las vías respiratorias con el humo, sobre todo a los niños, muchos de los cuales están sufriendo de asma”, expresó la joven.
A su alrededor, mujeres y hombres, procedentes de cada una de las comunidades señaladas, permanecía con las bombonas vacías, en medio de la vía, en el extremo sur del puente, impidiendo el paso de vehículos, salvo los de emergencia, como ambulancias y organismos de seguridad.
No había cauchos en llamas, ni piedras, ni ramas obstruyendo el tránsito, sólo cilindros, sobre los cuales los vecinos permanecían sentados a la espera de que alguien les garantizara el suministro de algo tan indispensable en cualquier vivienda.
También estaban algunos uniformados de la Policía de Lara, pero sólo vigilantes para que no se registraran hechos de violencia, en especial por parte de residentes en la parte sur de la ciudad que veían interrumpida su intención de llegar al centro de Barquisimeto.
Muchos se limitaban a esperar en una larga cola, que en cualquier momento se levantara la protesta y se reanudara el tráfico, lo que no había ocurrido hasta las diez de la
mañana.
Algunos optaron por llegar a Barquisimeto por la antigua vía hacia Agua Viva, en Palavecino, pese al mal estado de la misma.
La protesta se extendió hasta cerca del mediodía, luego de que una comisión de vecinos se trasladó a la sede de una de las distribuidoras del producto y recibió la promesa de que les enviarían un camión para surtirlos.
“Pero si no nos cumplen volvemos a cerrar cualquier mañana de estas porque ya estamos cansados de tanta mamadera de gallos”, dijo una anciana en el grupo de manifestantes.