Este sábado, segundo día del mes considerado como temporada navideña, dejó en evidencia negativos pronósticos de como terminará el 2017 en Barquisimeto, como también en el resto del país, por la escasez de alimentos y combustibles.
Durante un recorrido por la ciudad se pudieron observar largas colas aglomeración de personas en las inmediaciones de establecimientos donde se iba a vender pollo.
“Yo llegué a las 4 de la madrugada porque me dijeron anoche que hoy iban a vender pollo, pero son las diez y todavía no he podido entrar; ojalá que cuando llegue adentro todavía consiga pa’ no perder el madrugonazo”, dijo una mujer recostada a la reja, en la avenida Libertador, esperanzada en conseguir ese tipo de carne en Garzón.
Pero también había aglomeración de personas en dos ventas de pollo beneficiado en la carrera 22 en tre 40 y 41 y carrera 25 con calle 48, donde venderían al precio regulado de 24.500.
Mientras miles de personas se movilizaban en busca de carne de pollo y de pan, otra gran cantidad, en este caso transportistas, hacían colas cerca de las estasciones de servicio para surtirse de gasolina o gasoil.
En el paseo Los Leones, la gasolina llegó temprano y en pocos minutos se corrió la voz, acudiendo los conductores en sus autos para reabastecerse.
Algunos apenas si llegaron con los mismos en marcha, aunque no faltaron quienes tuvieron que empujarlos hasta los surtidores por habérseles agotado por completo las reservas. Este sábado, la mayoría de las bombas en Barquisimeto estuvieron cerradas por falta del carburante que debe llegar desde Maporal. Donde más se hacía evidente la faslta de gerencia en materia de combustible era en la intercomunal Barquisimeto-Cabudare, donde la cola de vehículos de pasajeros y carga pesada llegó a extenderse desde el semáforo del Carabalí hasta la bomba para surtir de gasoil.
“Yo estoy aquí desde las 3 de la tarde de ayer (viernes); estoy a punto de llegar para cargar gasoil y viajar a Portuguesa, expresó Ramón Torrealba, chofer de una gandola transportadora de leche.
En la misma situación estaban Vicente Hernández, José Arévalo y Edward García, esperando para llenar los tanques de sujs camiones y poder salir hacia sus destinos.