La Fundación Na’waraos surgió de una idea que tuvo la misionera y guía turística Gloria Álvarez, quien, preocupada por las precarias condiciones en las que se encuentran los habitantes de las zonas indígenas, decidió buscar el apoyo de un grupo de amigos, hasta encontrar médicos voluntarios médicos que hicieran posible la misión concebida.
Una vez dado este paso, iniciaron su primer viaje a Caño Guamal, en el Delta del Orinoco; fueron 24 voluntarios de los cuales 12 eran médicos.
Realizaron un operativo mediante el cual atendieron a 700 indígenas waraos. Hubo consultas de pediatría, dermatología, medicina interna, bioanálisis; también realizaron ecosonogramas. Además de la atención medica repartieron una gran cantidad de ropa y alimentos.
Esta iniciativa fue creciendo y consolidándose en la medida en que reclutaban más especialistas.
En febrero de este año decidieron trasladarse hasta zonas aún más necesitadas. Escogieron la población de la Vaza Nuca, en el bajo Delta, comunidad warao ubicada a unos 20 minutos antes de que el río Orinoco salga hacia el océano Atlántico.
Este operativo conllevó la participación de 80 personas, incluyendo a 32 médicos, personal de cocina, de logística, de recreación, entre otros. Lograron repartir 200 bolsas de comida con nueve kilos de alimentos cada una y por primera vez se hicieron cirugías en la selva venezolana.
El equipo Nawaraos trasladó quirófanos a la selva para poder ejecutar las operaciones que requerían los indígenas.
En su primer intento lograron realizar 52 cirugías, entre ellas de hernia, vesícula, linfoma y esterilizaciones. “Ellos al no conocer lo que se les iba a realizar estaban asustados pero una vez que vieron que el primero salió bien de la operación todos comenzaron a hacer la cola para operarse también, según fuera su caso. Gracias a Dios no hubo inconveniente y todas las recuperaciones fueron favorables”, explica Gloria Alvarez, directora de la fundación.
Para que los voluntarios puedan acometer el operativo, primero un equipo de avanzada visita el lugar, a objeto de ver en qué condiciones se encuentra.
Álvarez, asegura que 99% de la población de Vaza Nuca tiene paracitos, enfermedades de la piel y sufre desnutrición, debido a que normalmente se alimentan de carbohidratos como el ocumo chino, la yuca y el plátano, pero tienen poca fuente de proteína, en vista de que muchas veces no tienen anzuelos para pescar y no siempre el éxito de la pesca está garantizada, a pesar de que viven rodeados de ríos.
En su visita a la población el equipo de la fundación logró atender en una jornada de dos días a 2.700 indígenas waraos. Necesitaron trasladar la máquina de anestesia que tiene un gran tamaño y todos los insumos requeridos para adecuar el ambulatorio de la Vaza Nuca.
Adicional a eso llevaron plantas eléctricas para instalar un aire acondicionado, arreglaron todos los sistemas de cableado, en virtud de que en el lugar no hay luz. El equipo realizó todas las gestiones para dejar preparado el quirófano y realizar las intervenciones quirúrgicas.
El día de las cirugías los indígenas contaron con la presencia de cirujanos, enfermeras de quirófano y todo lo necesario para el operativo.
Mientras eso ocurría, los demás especialistas atendían al resto de los habitantes. Se disponía de ocho odontólogos, dermatólogos, otorrinos, pediatras y ginecólogos.
Además de la variedad de especialistas que forman parte de este equipo de voluntarios, también se cuenta con la presencia de un sacerdote, en vista de que cada jornada la inician con una eucaristía, para encomendar su trabajo a Dios.
En San Pedro
Asimismo realizaron una jornada en San Pedro, capital de la parroquia Lara del municipio Torres. En esta ocasión llevaron a un oftalmólogo que atendió a 206 personas.
Actualmente crece el grupo de “Corazones dispuestos” dentro de la fundación. Entre los nuevos integrantes figuran un neumonólogo, un cardiólogo y un gastroenterólogo. Todo esto es para facilitar la atención de personas que están alejadas de los centros urbanos y a quienes, por tanto, se les hace difícil acudir a un hospital en las ciudades.
Es por ello que el equipo traslada todos los insumos y los medicamentos, debido a que luego de las consultas y cirugías prescriben las medicinas y al mismo tiempo se las facilitan, considerando que el paciente no podrá adquirirla.
Una de las razones de las enfermedades de los waraos es que ellos, por no contar con baños para sus necesidades fisiológicas, lo hacen a orillas del río.
Ellos piensan en todo
Además de llevar atención medica, alimentos y ropa, la fundación también cuenta con un equipo de veterinarios que atiende las mascotas.
“Esta fundación significa un aporte al país, un aporte concreto a las personas que más lo necesitan; formar parte de esto es pensar en que no nos podemos quedar mirando solo nuestros problemas y en lo que nos hace falta, sino mas bien en lo que tenemos y qué hacemos con lo que tenemos. Es loable ponerlo a disposición de las personas más necesitadas. Para nosotros en este momento los más desasistidos y los más alejados son los indígenas waraos”, señala Gloria Álvarez.
Se acerca nueva jornada
El año entrante, específicamente del 23 al 27 del mes de enero, la fundación realizará un segundo viaje con operativo hacia la Vaza Nuca. En esta ocasión se trasladarán 53 médicos de distintas especialidades, instalarán el quirófano y además estrenarán “la historia digital”, mediante Intranet.
Crearán un wifi para desarrollar el operativo bajo el registro digital (se trata de registrar el historial médico de cada paciente consultado, y una vez guardado en este nuevo historial, podrá ser visto por los centros médicos de la ciudad que se encuentre registradaos en el sistema).
“Agradezco a tantos médicos que cierran sus consultas y sin cobrar absolutamente nada se aventuran a la incomodidad, a la distancia, a realizar tareas como cargar cajas, sin importar su cargo y especialidad; todos en conjunto hacemos todo para que el operativo funcione.
Agradezco el entusiasmo y el amor que ponen en cada una de las tareas que les corresponde, ninguno se queda sin hacer nada”, dijo Álvarez..
Y añadió: “He visto cómo trabajan doce horas continuas, atendiendo 200 pacientes en dos días; cómo los dermatólogos por ejemplo toman a un señor y lo bañan porque pensaban que tenía una enfermedad extraña y lo que pasa es que no usó jabón en aproximadamente veinte años, lo cual provoca un cambio en el color de su piel. Veo la alegría reflejada en el rostro de esa gente, rejuveneciéndolo literalmente.
Además los visten y les dan calzado, provocando una enorme emoción en ellos. Por otro lado también agradezco al Estado venezolano ,porque nos han brindado una mano en nuestros operativos. Estoy segura de que nosotros llegaremos muy lejos ayudando a los más necesitados”.