Los residentes de la manzana M de Las Sábilas, fueron despertados por el tronar de las balas que muy temprano, en la madrugada, anunciaron una nueva muerte en esa urbanización del norte de Barquisimeto.
Cerca de una mata de palmas, al frente de una vivienda, en un callejón que da a la avenida 7, cayó un adolescente de 16 años, que semanas antes se había fugado con otros compañeros del Centro Socioeducativo Pablo Herrera Campins, de El Manzano, según versiones extraoficiales.
En esa urbanización impera la mordaza del delito, la cual impide que cualquier persona aporte detalles de los sucesos porque teme cualquier tipo de represalia por parte de los delincuentes.
Emenegilda, una joven de veinte años, que dijo llamarse así pero no quiso dar a conocer su apellido y vive cerca del lugar donde ocurrió la balacera, dijo a los periodistas que ella estaba durmiendo al lado de su hija de cuatro años cuando la despertaron los sonidos de los proyectiles.
“Yo abracé a mi pequeña y empecé a rezar”, manifestó. Como a las siete de la mañana salí y los vecinos me dijeron que también se habían asustado mucho cuando despertaron aterrorizados por el ruido de las balas.
Otra señora, que cargaba un balde de agua hacia su residencia, declaró que oyó los tiros cuando dormía.
“No sé cuántos fueron, pero se oyeron varios”, comentó y luego añadió: “aquí uno no puede hablar porque corre el riesgo de que se produzcan represalias”.
Otras vecinas dijeron que donde dicen que estaba el joven, viven unas personas desde hace cierto tiempo, pero no hacen amistades con nadie.
Del fallecido, cuya identidad no puede ser divulgada por ley, se dijo que se encontraba recluido en el mencionado centro penitenciario por haber incurrido en el delito de robo. Sin embargo, su padre, Rubén Torres, negó que el adolescente fuera un ser violento.
Descartó, eso sí, que hubiera habido un enfrentamiento a mano armada y, por tanto, exigirá una investigación de los hechos.
Los disparos, según los residentes de la zona, se produjeron a las cinco de la madrugada y el cadáver fue ingresado a la morgue del hospital central universitario Antonio María Pineda, media hora después. El cadáver presentó varios impactos de bala, de acuerdo con la versión extra oficial.
Cabe señalar que el sitio donde ocurrió el hecho es un callejón donde hay nueve viviendas maltrechas, algunas de las cuales al parecer están deshabitadas. Pero, las que están presumiblemente habitadas tenían sus puertas cerradas. Por el callejón lo que se veían eran muchachos y muchachas curioseando.
Al parecer, alguien notificó a las autoridades que el adolescente estaba “enconchado” en uno de los inmuebles del sector y los funcionarios acudieron a buscarlo.
Torres confió que él sabía que su hijo se había fugado, pero desconocía donde se encontraba.
-¿Cómo se enteró de la muerte?
-Me llamó alguien para informarme que el muchacho estaba muerto y me vine a la morgue para comprobar.
Pero, no suministró mayores detalles.
Aclaró que él no vivía en Las Sábilas, no sabe cómo su hijo llegó a la manzana M de esa urbanización y resaltó que no sabe cómo ocurrió la muerte del adolescente, aunque la noticia la obtuvo confidencialmente muy temprano en la mañana.