Es difícil que en dos días se puedan resolver los graves problemas que este Gobierno ha generado en 18 años; pero sí pueden producirse señales de solución a algunos planteamientos que haga la oposición en la reunión prevista en República Dominicana, el primero y dos de diciembre, según la apreciación del Dr. Rafael Simón Jiménez.
El ex vicepresidente de la Asamblea Nacional, historiador, profesor universitario y analista político, coincide con Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, entrevistado ayer por EL IMPULSO, en que este país no tiene otra salida que no sea una negociación política.
Está en desacuerdo con los que vienen sosteniendo que los intentos por llegar a un acuerdo han fracasado, aunque reconoce que no se podía esperar otra cosa de un Ejecutivo nacional tan mentiroso y embaucador como el que tenemos, que incluso se burló de El Vaticano, como lo afirmó el Cardenal Jorge Urosa Savino.
Pero explica el Dr. Jiménez, además de las erróneas políticas impuestas por el Gobierno, este ha fracasado por la idea sectaria de prescindir de un sector del país.
Eso es lo que más nos ha afectado porque el costo social es muy grande y, en consecuencia, se requiere una salida económica, institucional, social y una transición democrática.
Lo que se está planteando es una negociación con un elemento distinto, el acompañamiento de seis cancilleres: Bolivia, Nicaragua y San Vicente y Las Granadinas, por el Gobierno; México, Chile y Paraguay, por la oposición, aunque es posible que no asista su titular sino una representación de la cancillería por hallarse el país en un proceso electoral. Y con ellos la presencia del presidente de República Dominicana, Danilo Medina, y el expresidente del Estado español, José Luis Zapatero, ante los cuales tienen que suscribirse compromisos que deben ser cumplidos.
Sin embargo, dice nuestro entrevistado, tenemos que estar moderadamente optimistas.
La situación económica, sobre todo, es inaguantable para el Gobierno porque cualquier escenario que sea planteado – reestructuración de la deuda, refinanciamiento, acceso a organismos internacionales para solicitar crédito, etc- se va a encontrar con un bloque de países de todo el mundo que sólo reconocen a la Asamblea Nacional para la aprobación de los recursos que necesita Venezuela. Esa situación genera expectativas desfavorables, caóticas y preocupantes para el Ejecutivo, que es la única razón por la cual está obligado a negociar.
La oposición va a Dominicana con su conocida agenda de cuatro puntos: un sistema electoral que dé garantías a todas las partes, liberación de presos políticos, canal humanitario, en el cual debe plantearse la restructuración de la economía para que el aparato productivo se reactive y tener bienes y servicios; el reconocimiento de la Asamblea Nacional y la institucionalización.
Frente a estas cosas no se puede actuar con dogma, advierte el Dr. Jiménez. Hay sectores de la oposición que rechazan hablar con el Gobierno por lo ya expuesto; pero, aunque esa opinión es respetable, no hay que ver la situación de hoy como la de ayer, porque en política la dinámica cambia. La política es importante si se ve con claridad los escenarios.
Al Gobierno lo mueve una situación angustiosa, que no puede superar sino mediante la negociación. La comunidad no va a financiar si no reconocen a la Asamblea Nacional. No le queda otra salida.
Para el Dr. Jiménez es muy positiva la actitud asumida por la Mesa de la Unidad Democrática, en el sentido de ampliar su representación con organizaciones de derechos humanos, trabajadores y empresarios.
En estos instantes no hay que estar invocando situaciones pasadas porque en nuestra vecindad tenemos un ejemplo muy claro. Numerosas fueron las veces que en Colombia se intentó llegar a un acuerdo con las FARC y al fin se logró con una nueva realidad y nuevos actores. Se le ha puesto fin a la guerra.
Creo, dice, que la supervisión internacional va a impedir que haya desprecio a los acuerdos.
Y además la representación de la oposición al ser ampliada con la incorporación de otros sectores no partidistas, la vigoriza.
El Gobierno tiene una representación monocorde y como ya hemos indicado, está presionado por la aplicación de sus políticas, que han generado el hambre, la pobreza y la marginalidad.
Ante la crisis que hemos tenido, cada día son muchos los venezolanos que abandonan el país, pero es de resaltar que los venezolanos no tenemos tradición de emigrar, sino por el contrario, de recibir inmigrantes. Con todos los que han salido hasta ahora a Colombia, todavía siguen siendo más los colombianos que residen en Venezuela que los que se encuentran en el vecino país.
Estoy seguro que cuando Venezuela logre su recuperación económica, mucha gente va a volver porque el venezolano tiene su corazón en esta tierra.
Y por lo tanto, ese encuentro en Santo Domingo puede ser importante para que haya un paso hacia soluciones sobre todo en el aspecto económico, la liberación de presos políticos y el canal humanitario, sobre todo porque hay países que están dispuestos a cooperar, así como Cáritas.
