Las venideras navidades, en Lara y la mayor parte del país, las pasaremos a oscuras, o al menos padeciendo apagones intempestivos, y no es a causa de los supuestos saboteos que con frecuencia denuncia el presidente de Corpoelec, Luis Mota Domínguez, sino a la falta de mantenimiento o recuperación del sistema.
El pronóstico corresponde al experto Antonio Patiño, de la comisión nacional de electricidad del Colegio de Ingenieros de Venezuela, quien considera que la situación por las fallas de energía no ha mejorado nada pues el gobierno no ha hecho las inversiones necesarias para recuperar el sistema.
Patiño descartó de plano el saboteo explicando que nadie, por muy conocedor que sea del tema, va a arriesgarse tratando de causar daño a una instalación pues cualquier falla puede originar una explosión grande en la que perdería hasta la vida.
El ingeniero Patiño señala que en Venezuela, las líneas de transmisión son antiguas y por lo tanto obsoletas, lo que origina los frecuentes apagones.
“Esos conductores de electricidad deben soportar fuertes vibraciones y de allí se originan las suspensiones del suministro”, puntualizó.
Igualmente afirma que desde hace años en Venezuela no se cubren los protocolos de mantenmiento de los equipos, lo que contribuye también a las fallas.
“No podemos pensar que la electricidad nos va a llegar por obra del Espíritu Santo, sino que debemos producirla, y mientras el gobierno Nacional no haga las inversiones necesarias, en plantas y renovación de los sistemas conductores, las fallas persistirán”, puntualizó.
Con respecto a Barquisimeto y Lara en general, Patiño reiteró que la subestación Argimiro Gabaldón, de Cabudare, sigue sin ser puesta en servicio y la de la Zona Industrial, que debía generar 90 megavatios, apenas aporta 60 porque las máquinas viejas que compraron no dan para más.
Igualmente dijo que Lara requiere 700 megavatios y apenas recibe 100 del sistema interconectado nacional, por lo que no descarta nuevos racionamientos programados para diciembre, lo que, simple y llanamente, debe traducirse en navidades a oscuras, sin electricidad para cubrir los requerimientos normales de la temporada, cuando el consumo se incrementa porque cada familia desea tener su casa bien alumbrada, con los arbolitos encendidos y, por supuesto, las fiestas, además de las calles y avenidas cuya iluminación corresponde a autoridades municipales o regionales.
O sea que la venta de velas o plantas también se incrementarán para fines de año.
