Hasta hace algunos años, el parque bosque Baudilio Lara, al sur de Buena Vista, era sitio de reunión de grupos de estudiantes y excursionistas, no sólo de la parroquia, sino también de Barquisimeto, Quíbor, Carora, Cabudare y poblaciones de Iribarren y otros municipios.
Era el sitio ideal para prácticas conservacionistas por encontrarse en un lugar privilegiado, donde la naturaleza se había mantenido inalterable, con árboles frondosos, manantiales, y la presencia de diferentes especies de aves y algunos animales silvestres, no peligrosos.
Aún muchos habitantes de Buena Vista, y de Barquisimeto, recuerdan cuando, especialmente domingos y días feriados, acudían en familia al bosque parque para disfrutar horas diferentes en el entorno de la naturaleza.
Además de las caminerías, quioscos donde preparaban o degustaban los alimentos y bebidas que cada quien llevaba o preparaba, también existían dos piscinas, para adultos y niños, que, aunque no dé grandes dimensiones, eran suficientes para los visitantes.
El lugar estuvo primero a cargo de Inparques y luego quedó bajo responsabilidad de la alcaldía de Iribarren y comenzó su declive.
Los quioscos fueron destrozados por delincuentes, las salas sanitarias corrieron igual suerte, las piscinas quedaron abandonadas, pasando a ser basureros, hasta que, finalmente, todo lo convirtieron en refugio nocturno para antisociales, quedando apenas algunas caminerías utilizables.
“Ah mundo cuando uno iba a pasarse el día al parque, sin preocupación de que lo atracaran, debajo de esos grandes árboles, oyendo el canto de los pájaros, tomando el agua que bajaba de los manantiales”, expresaba en lamentos un habitante del pueblo.
Por su parte, alumnos del liceo hicieron un llamado a la gobernadora Carmen Meléndez, o al próximo alcalde de Iribarren, para que recuperen ese sitio tan especial, en medio de la naturaleza, no sólo para Buena Vista.
Hoy día, acercarse a lo que hasta hace algunos años fue uno de los principales parques naturales del estado Lara, permite constatar los estragos que puede hacer la indiferencia o desidia oficial, en este caso por parte de las autoridades municipales.
Los vecinos de Buena Vista piensan que aún hay tiempo de recuperarlo para que, nuevamente, esté al servicio de las familias larenses tan escasas de lugares como ese, plenos de naturaleza, que, como también ocurrió con el de Guayamure, en Río Claro, han sido dejados completamente abandonados hasta desaparecer.