Muchos venezolanos menores de 35 años no saben quién fue Arístides Calvani. Lo he comprobado en mis clases y en algunas reuniones de formación política.
Lamento que sea así, porque Calvani fue uno de los grandes cancilleres de la República durante los 40 años de la República Civil. Fue canciller los cinco años del primer gobierno del presidente Rafael Caldera. Calvani fue abogado, filósofo, sociólogo, pensador, profesor de Introducción al Derecho y Filosofía del Derecho en la Escuela de Derecho de la UCV, fundador y primer director de la Escuela de Sociología de la UCAB, fundador del Instituto de Formación Demócrata Cristiano (Ifedec), diputado al extinto Congreso Nacional por el antiguo Distrito Federal, escritor de temas jurídicos y de filosofía política muy destacados, su tesis sobre El Hombre es una joya, fue además, hombre de profundas convicciones cristianas y fundador de la Acción Católica venezolana por allá en los años 40.Este año 2018 ya cercano, concretamente el 19 de enero, se cumplirán 100 años de su nacimiento, oportunidad propicia para un homenaje merecido a este insigne venezolano y oportunidad también para dar a conocer su obra.
El Ifedec, convertido hoy en Centro de Políticas Públicas, ha organizado todo un programa para la celebración de este centenario. Nacionalmente el Ifedec lo preside el dirigente político Eduardo Fernández, sin duda alguna uno de nuestros políticos mejor preparado y de mayor densidad de pensamiento. Con frecuencia lamento que Fernández no haya llegado a ser presidente de Venezuela, aunque todavía pudiera llegar. Y el Capítulo Lara del Ifedec lo presiden los distinguidos y apreciados colegas y amigos Jesús Alberto Jiménez Peraza y Nancy Rodríguez de Rodríguez.
La semana pasada estuvo en Barquisimeto Eduardo Fernández, quien en una excelente conferencia habló a un muy nutrido público en el auditorio Ramiro Montesinos del Colegio de Abogados del estado Lara, acerca de la defensa de los Derechos Humanos en el pensamiento de Arístides Calvani. Su conferencia fue tan interesante y enjundiosa que por más de dos horas mantuvo la atención del público asistente, ni siquiera durante el periodo de preguntas la gente se movió. Agradecidos por esa visita, todos los que allí estuvimos y aquella presentación sobre la Eminente Dignidad de la Persona Humana, el Bien Común y el Valor de la Democracia y la Libertad. El eslogan de este centenario dice “Calvani, Apóstol de la Democracia”.
Efectivamente Calvani fue un apóstol de la democracia. Fundó el Ifedec en los años 60, cuando parecía indetenible la propagación violenta del comunismo en Venezuela. Formar a las nuevas generaciones en el amor a la persona humana, a la democracia y a la libertad, era una tarea obligante para quienes conducían el país entonces. El odio de clases había que cambiarlo por el respeto a la vida y a la libertad, había que desarrollar el concepto de Justicia Social a la luz de las encíclicas papales y enseñar a vivir en democracia y libertad. Todo eso fue un logro de Arístides Calvani.
