La mayoría vio salir el sol sentado sobre la acera, sin desayuno y con pocas horas de sueño. Su objetivo era cobrar la pensión este martes a penas abriera el banco; sin embargo, después de mediodía la cola no había avanzado porque la entidad bancaria no tenía efectivo para dar.
Sucedió en Duaca, municipio Crespo del estado Lara. Allí más de 100 abuelos abarrotaron el banco Bicentenario del centro, un día después de que el Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS) empezara a pagar la pensión (284.011,90 bolívares).
Las personas permanecieron hasta horas de la tarde sin garantías de cobrar porque el camión con billetes no aparecía.
Prescilia Del Carmen Leal, de 67 años de edad, llegó al banco a las 3:00 a.m.
Aprovechó que su hija no iba a salir de casa para ella buscar dinero en efectivo.
“Cuando ella sale yo me quedo en la casa con los niños (…) No es justo que a esta edad nos tengan así. Nos han dicho todo el día que esperemos, que no hay plata. Si los mismos bancos no tiene qué quedará para nosotros”, declaró Leal a EL IMPULSO.
El día lunes solo algunos privilegiados lograron sacar su pensión de sus cuentas bancarias.
Las colas son el pan diario en Duaca, pero en los últimos días estas se han multiplicado en volumen y en presencia de personas de la tercera edad.
Los abuelos denunciaron que no hay consideración a su edad ni condición física.
María Araujo, de 70 años de edad, criticó que el personal de Bicentenario ignoró que su esposo fuera epiléptico, aunque ella fue con informe médico en mano.
“Nos dijeron que hiciéramos la cola y que si el camión llegaba iba a pensar si nos pasaba”, contó.
A eso de las 2:00 p.m. aún los abuelos en Duaca estaban sin cobrar. Se desconoce si finalmente el efectivo llegó al pueblo este martes.
No solo el pensionado necesita plata
“Todos necesitamos comer, no solamente el pensionado. Vine hoy (martes) porque ya como uno está acostumbrado a calarse madre cola así no haya pensionados”, se quejó sobre la falta de plata en los bancos de Duaca, Francis Rosales, quien se mezcló entre las decenas de abuelos para intentar conseguir efectivo.
Al lado de la kilométrica cola de los pensionados, se formó una columna de gente más joven que vio pasar el tiempo sin que alguien cobrara.
“Que se aboquen a la problemática de los venezolanos con el dinero. El banco uno ya lo ha hecho su casa por el tiempo que tiene que estar aquí”, pidió Rosales a las autoridades.