La temporada navideña representa para el venezolano, y pensamos que para nacionales de otros países, ocasión para la alegría, olvidar dificultades unidos en familia al calor de comidas tradicionales y bebidas, en su mayoría de las llamadas espirituosas.
Este año, de acuerdo a las alzas en los precios, muchos no podrán cumplir con esa tradición pues sus presupuestos no le alcanzarán.
La elaboración de las típicas y venezolanísimas hallacas están en situación nada favorable, pese las promesas que hacen voceros del gobierno.
“Nosotros, a esta fecha, 14 de noviembre, no tenemos ni pasitas ni aceitunas, algo tan indispensable para las hallacas; además, tampoco está asegurado que tengamos vino La Sagrada Familia ni el ponche crema, que no pueden faltar en los hogares venezolanos durante las navidades”, explica Adelino Rodríguez, quien lleva unos cuantos años dedicados al comercio de licores y otros artículos que forman parte de la idiosincrasia del pueblo.
A eso, dice, hay que agregar que los precios suben entre 200 y 300% cada minuto, y no todos pueden cubrirlos.
Cuando se refiere a los licores, explica que aquellos que acostumbran beber whisky tendrán que resignarse a no hacerlo o quedarse con las marcas envasadas en el país.
Pone como ejemplo que los escoceses de 12 años o más están entre 1.433.000 y 11.000.000 de bolívares, y si se trata de la champaña, la Moet Chandón, cuyo precio está en 4.100.000 y La Viuda, en 3.100.000; y en cuanto a los vinos, hasta 880.000 los importados.
Como muchos recurrirán a los rones nacionales, los más conocidos pueden superar los 110 mil y la cerveza está muy escasa, y cara, pues una caja de cualquier marca están vendiéndola a más de 100 mil.
Hay otras bebidas espirituosas que podrían ser más económicas, como la sangría y el cocuy, pero tampoco hay suficiente existencia.
Con respecto a algunos productos comestibles, el panetón también se ha “colado” en la tradición navideña venezolana, pero su precio, igualmente, ha subido mucho al punto de que determinada marca está hoy en 97.500 el empaque de medio kilo.
“El problema es que no estábamos acostumbrados a esta escasez de productos considerados como parte de la Navidad”, dice Adelino Rodríguez.
Pero no deja a un lado su optimismo pues considera que en cualquier momento en el país pueden producirse cambios y comiencen a producir todo lo que se necesita para que en Navidad y en todo el año, no nos falte nada.
Por otra parte, la encargada de una carnicería, consultada sobre la llegada de la carne de cerdo, simplemente se limitó a responder, “la estamos esperando”, con lo que dio a entender que ya hay ofertas de suministrarles el producto, también necesario para la elaboración de las hallacas.
Lo mismo espera pase con las gallinas, cuya carne la utilizan muchas amas de casa para la elaboración del plato navideño, conjuntamente con la del cochino, así como las pasitas y las aceitunas, que confían en los anuncios oficiales de que en los próximos días llegará suficiente para cubrir las necesidades de la población.
Pero, tanto los dueños de bodegones o licorerías como de carnicerías, recomiendan tomar precauciones y no esperar a última hora para abastecerse pues si lo hacen las consecuencias serán negativas en materia económica.