Entender el problema de la infraestructura vial del país comienza por delinear las estrategias tendentes a revertir las patologías de origen que devienen en el recurrente deterioro de las carpetas de rodamiento de la vialidad nacional. Estamos atrapados en un recurrente círculo vicioso que, en primer término, castiga severamente el parque automotor porque los huecos dañan los vehículos cuyos costos de repuestos son cada día más elevados con consecuencias devastadoras sobre el parque automotor y particularmente sobre el transporte público. En segundo término, la voracidad presupuestaria que representa para el estado venezolano los costos de rehabilitación vial de toda la nación, con inversiones que se pierden rápidamente. En conclusión, la vida útil cumplida de las líneas básicas de servicios públicos primarios (agua, cloacas y drenajes), nos ha colocado en un punto de colapso de tales dimensiones, que difícilmente con los habituales programas de bacheos se podrá afrontar exitosamente el problema, más allá de representar paliativos momentáneos que no atacan el problema de fondo…
Se debe desarrollar un programa nacional de rehabilitación vial que comience por la complementariedad operativa de las municipalidades, las hidrológicas regionales y el ministerio de infraestructura, para coordinar acciones tendentes a rehabilitar la vialidad de las ciudades del país, comenzando por sus líneas básicas de servicios. Es decir, la sustitución de las redes de tuberías de acueductos, cloacas y drenajes, que ya han cumplido su vida útil y la restitución de las carpetas de rodamiento que de igual manera ya cumplieron el periodo de vida útil. Solo así podremos elevar y rescatar el nivel de desempeño de nuestra vialidad, así como mejorar la calidad de vida de los habitantes de nuestras ciudades.
Es obvio que los requerimientos presupuestarios para estas acciones son muy elevados. Pero estamos seguros que el país cuenta con los recursos financieros suficientes para desarrollar este tipo de programas a gran escala. Sólo faltan dos detalles elementales para el éxito de programas de este tipo: disminuir los niveles de corrupción y desarrollar las acciones conjuntas interinstitucionales entre los distintos niveles de gobierno.
Particularmente Barquisimeto, se encuentra enclaustrado en un laberinto de patologías asociadas a las fugas de calle con el consecuente deterioro recurrente de la vialidad a todos sus niveles. Recordemos que tenemos aproximadamente 2.500 kilómetros de vialidad solo en Iribarren, con sus respectivas cantidades equivalentes en tuberías y conductores (cables). Es un serio problema que se agudizará progresivamente sin no se toman las medidas respectivas a la brevedad posible…
Mis comentarios:
-No habrá presupuesto municipal que alcance para atender el problema del deterioro vial, sino vamos al fondo del asunto…
-El país requiere con urgencia la sustitución de su liderazgo político en los sectores democráticos…
-Ahora resulta que los dueños de las franquicias partidistas que nos han llevado por 19 años de fracaso en fracaso, con elecciones internas amañadas para mantener los controles de sus partidos, lanzan sus nombres a la Presidencia de la República…
-El liderazgo político opositor, no tiene la estatura histórica requerida para estos tiempos…
-Refundar los partidos sobre sus revisiones doctrinales…
Aplica tu corazón a la instrucción, y tus oídos a las palabras de la ciencia… (Proverbios, 23:12)
Sergio Borgel
