Edgar Díaz: Vivir con las manos en el corazón

-

- Publicidad -

Hace seis años un accidente laboral le cambió la vida. Ejerciendo su trabajo como empleado de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) sufrió una descarga de electricidad que provocó que le amputaran ambos antebrazos; desde ese momento nada fue igual, pero lejos de verlo como algo negativo, Edgar lo ha tomado como lección de vida.

Este incidente lo hizo darse cuenta de diversas cosas, por supuesto el hecho de que gran parte de las empresas no están preparadas en cuanto a seguridad laboral, pero más allá de eso, ha aprendido como ser humano a afrontar las adversidades y lograr ver el lado positivo de estas.

- Publicidad -

La recuperación de Edgar no fue fácil, debió empezar de nuevo, aprender a vivir sin sus extremidades, además de algunas quemaduras que sufrió incluso en la retina, producto del impacto de la descarga.

A pesar de esto decidió continuar trabajando en Corpoelec, pero además se dio cuenta de que debía ir más allá y no quedarse en su cama postrado y frustrado por el accidente. Consideró entonces que lejos de haberle quitado algo, Dios le había dado una nueva oportunidad, debido a que cuando fue al lugar de la eventualidad para reconstruir los hechos se dio cuenta de que pudo haber muerto, fue un punto de quiebre pero a la vez un gran impulso.

Para Edgar no es una coincidencia que “presente” y “regalo” sean sinónimos, para él es así. El pasado ya se fue y el mañana lo desconoce por lo que ha decidido vivir el día a día. Lejos de ver su condición como una limitante, se ha encargado de hacerlo parte de sus fortalezas, logrando valerse por sí mismo.

“Hay que reflexionar sobre nuestro propósito, porque todos tenemos la oportunidad de crear, todo depende de lo que queramos en nuestra vida”, asegura el ahora coach motivacional que decidió desde el año pasado emprender este camino y dar a conocer su propia experiencia.

La sociedad ya brinda suficientes limitaciones al tener una condición distinta a lo “normal”, por lo que considera que uno mismo no puede caer en ese juego, por el contrario, debe demostrar que se puede salir a adelante y aplicar la resiliencia.

Para Edgar hay una pregunta básica y es qué hacer más allá de lo que normalmente se hace en los distintos ámbitos: familiar, laboral, comunidad, país. Recuerda además que uno afronta cambios desde el momentocuando nace y debe adaptarse a un nuevo entorno muy distinto al calor del vientre de la madre o la comida directa. Allí comienza a desarrollarse la resiliencia.

Expresa una frase de Nick Vujicic, quien no tiene brazos ni piernas, pero aún así asegura que “el miedo es la más grande discapacidad de todas”. Los riesgos son necesarios en su vida y de no asumirlos no estaría en donde se encuentra hoy en día: siendo un ejemplo.

El hecho de no contar con sus extremidades superiores no lo   ha hecho parar. Puede haber quienes piensan que no maneja su celular, pero están equivocados, a pesar de que el equipo electrónico tenga la pantalla rota es una muestra de su determinación para lograr su objetivo.

Comenta que en un principio le pegaban un lápiz en el muñón y de esa manera marcaba los números en la pantalla, pero eso fue mientras estuvo en su casa recuperándose, una vez que le tocó enfrentar el mundo exterior sabía que debía encontrar otra manera, de lo contrario pensarían que estaba loco.

“No fracasé, solo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”, dijo Thomas Edison, frase de la cual se adueñó Edgar y que hoy en día demuestra al tomar su celular y poder manipularlo sin necesidad de pegarle un lápiz.

De tal manera ha vivido los últimos seis años y si bien asegura que ha sido traumático, también es transformador. Ha aprendido a que no debe sentirse fracasado ni derrotado, sino que debe buscar la manera de hacer las cosas con este nuevo modo de vida.

No solo se trata del teléfono, sino de cada una de las actividades cotidianas que ha vuelto a aprender por sus ganas de hacer las cosas y tener una actitud positiva que le permita servir de ejemplo para cada quien que afronte una situación complicada.

Díaz ha decidido no dejar que su condición lo paralice, por lo que ha buscado la manera no solo de salir adelante él mismo y ser una mejor persona, sino además permitir que los demás se den cuenta de que los límites no existen y que pueden aprender de esto aún sin necesidad de haber sufrido algún accidente.

Igualmente busca que las empresas piensen en pro de sus trabajadores y que la experiencia que a él le tocó vivir no se vuelva a repetir.

Reto de gigantes

Edgar es quien mejor conoce su realidad, sin embargo al hablar de reinventarse acorde a las circunstancias él ha sabido hacerlo. Anteriormente practicaba softball, siempre fue una persona asidua a los deportes por lo que no podía dejar esta parte de su vida a un lado.

En un principio intentó con la disciplina que lo había acompañado durante años, pero se le dificultó retomarlo, sin embargo esto no fue motivo para dejar de intentarlo; se propuso evaluar otros deportes, fue así como dio con el tenis de mesa.

Como todo comienzo, no fue fácil en un principio, pero hoy Edgar es el único jugador de esta disciplina que no tiene extremidades superiores; pero esto no lo ha detenido, su determinación lo ha llevado a ser reconocido por la calidad que tiene como jugador.

De tal manera se ha propuesto participar en los Juegos Paralímpicos que se realizarán en Tokio en el 2020, siendo este tan solo uno de los muchos planes para la nueva vida que se ha propuesto vivir.

Si bien no era una mala persona asegura que si Dios le permitiera ser el de antes le diría que no, puesto que antes era común y corriente, pero ahora se ha dado cuenta que tiene mejores propósitos y que “nunca se sabe qué tan fuerte eres, hasta que ser fuerte es tu única opción”, por lo que asegura que no necesita de sus manos para poder vivir y ser una persona admirable.

La mente de Edgar no tiene límites, lo ha vuelto un valiente con actitud agradecida. “La gratitud da sentido a nuestro pasado, trae paz al presente y crea una visión para el mañana”, indica a la vez que no duda en decir que a pesar de su accidente vive con responsabilidad y armonía.

Para él es necesario que las personas se dediquen a dar su extra y proyectar lo mejor de sí hacia el universo.

El ahora coach brindó este mensaje a los trabajadores de EL IMPULSO y los invitó a ver la vida desde otra óptica, una donde se valore más lo que se tiene y donde ser agradecido sea algo cotidiano.

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -