El hecho de que las dos terceras partes de las familias venezolanas consuman al día uno o dos alimentos como arepa, pan, yuca, queso o huevo, ya configura un escenario lleno de calamidades. Así lo asegura la Red por la Defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución.
Tras un análisis desde el punto de vista social, la organización indica que el incremento de precios de hasta 20 veces su valor y la complejidad en la que se encuentra el sistema de salud, ha conllevado a que el alto costo de la vida sea el principal obstáculo para el venezolano.
Explican que respecto a 2013, el consumo promedio ha caído hasta un 70% pues para mas o menos cumplir con la alimentación, se acude a la mayor ingesta de productos con poca capacidad nutricional.
“Esta dura situación nos coloca dentro de los países del mundo con menor consumo de proteína animal, donde el 90% de los venezolanos se alimentan con apenas un estimado entre un 25% y 65% de los estándares establecido por la Organización Mundial de la Salud, para el consumo de carne, pollo, pescado y leche”, aporta un comunicado de la Red.
Aunado a ello, las medicinas se constituyen en una gran preocupación por el incremento constante del costo debido a la poca producción nacional, que se ve afectada por la baja asignación de divisas preferenciales. Esto obliga a que se tenga que importar al dólar libre y por ende, los consumidores en ocasiones no pueden adquirir sus medicamentos. También debe resaltarse que los programas en materia de salud que ha promocionado el Gobierno no han cubierto las demandas de la población.
Frente a este panorama, la Red por la Defensa al Trabajo invita al Gobierno de Nicolás Maduro y al Banco Central a dejar la práctica de impresión de dinero inorgánico y a tomar correctivos de manera inmediata que permitan frenar la hiperinflación.