Buscando aislarse del insoportable ruido mediático que genera en Francia, Neymar se refugia en el fútbol o lo que es lo mismo, en ‘La Seleçao’, un grupo motivado y alegre que sueña con lograr el sexto mundial brasileño dentro de siete meses en Rusia.
Tras no jugar el pasado fin de semana con el París Saint-Germain en Angers por un golpe, los medios especularon con una posible baja del atacante para el doble enfrentamiento amistoso ante Japón, en Lille este viernes (12h00 GMT), e Inglaterra, en Wembley el martes.
Lejos de reservarse, participó en las tres sesiones de entrenamiento en París y en la última, este jueves en Lille. El viernes estará en el once del seleccionador Tite, a diferencia de otros titulares indiscutibles como la pareja de centrales que forman Joao Miranda y Marquinhos, o su gran amigo Dani Alves.
Precisamente Marquinhos, su compañero también en el PSG, defendió esta semana al atacante: “Todo el mundo está viendo lo que hace en la cancha, si alguien piensa que no está rindiendo es que ve otros partidos. Es un jugador diferente, una estrella, alguien que se convierte en un objetivo para otros jugadores, para la prensa y para los aficionados”.
Jugar al fútbol. Precisamente es en la esencia, siempre según la prensa francesa que sigue al París Saint-Germain, donde nacen las diferencias entre Neymar y su entrenador, el español Unai Emery.
Un abismo entre ambos’, tituló el miércoles en primera página L’Equipe, el referente deportivo francés, que dedicó sus dos primeras páginas a analizar el conflicto.
Según el diario, además del famoso capítulo del penal con Edinson Cavani, a Neymar le molestó que no le dejara entrenar en el campo y le enviara al gimnasio con el resto de titulares tras el último partido de Champions ante el Anderlecht.
Otro motivo de disputa son las sesiones de vídeo que organiza Emery. A Neymar le resultan muy largas y tediosas. En resumen, el brasileño quiere que su profesión se limite a saltar al campo y jugar al fútbol.
Según L’Equipe el resultado es un enfado que Neymar no pone atención en disimular. El diario cuenta cómo el lenguaje corporal del brasileño es cada vez más evidente; miradas, gritos en los entrenamientos o pequeños gestos de desobediencia componen la revolución de ‘Ney’.
Lo cierto es que los conflictos que airea la prensa francesa no se traducen en el campo. Neymar protagoniza un espectacular de-sembarco en la Ligue 1, como líder de un PSG que manda con solidez en la competición y que ya está en octavos de Champions, dejando por el camino varias goleadas para el recuerdo.