Actualmente es común que los venezolanos que tienen en mente emigrar organicen todos su papeles para evitar cualquier traba a la hora del viaje, precisamente por esto se ha generado la preocupación referente al tema de la vacuna contra la fiebre amarilla, debido a que la misma es solicitada en diversos países a nivel mundial.
La directora general de salud, Linda Amaro, explicó que anteriormente la inmunización se realizaba cada 10 años, por lo que transcurrido este periodo debía realizarse un refuerzo; sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) cambió estos parámetros debido a que estudios arrojaron que la protección de la vacuna permanece indefinidamente, por lo que no es necesario un nuevo pinchazo cada década.
Lo mismo aplica con el certificado internacional de vacunación contra la fiebre amarilla, el cual es tramitado a la hora de salir del país y que debía ser renovado pasado el tiempo establecido. Pero actualmente el mismo puede ser utilizado “sin fecha de vencimiento”.
De tal manera, la directora explicó que por no tratarse de una inmunización que requiera refuerzo, se cuentan con las dosis para abastecer a la población que realmente lo amerite, especialmente a los menores de edad que se estén vacunando para cumplir con su esquema epidemiológico.
Precisó que por esta razón son puntos establecidos los que cuentan con la vacuna, como el caso del Hospital Pediátrico y del IVSS Pastor Oropeza Riera. Detalló además que en cuanto al llamado “cartón amarillo”, se encuentra en proceso de actualización en donde se contemplará que no amerita renovación.
Para aquellos que ya cuenten con el certificado internacional pueden utilizar este a la hora de viajar. Aseguró que para aquellos que vayan a emitirlo por primera vez, se están entregando a casos de excepción, dándoles prioridad a niños que nunca hayan salido del país, siendo la Dirección de Salud el ente encargo del procedimiento.
Si no se cuenta con algún comprobante de vacunación, se debe acudir al centro en donde se realizó la inmunización, puesto que queda un registro que permite emitir un documento que avale el procedimiento para posteriormente poder generar el “cartón amarillo”.