Pese a la difícil situación económica que atraviesa el país, aunado a la poca cantidad de billetes que circula, los comerciantes apuestan una vez más a la temporada navideña.
En la popular plaza San José, los comerciantes que ofrecen todo lo relacionado para la elaboración del pesebre, se han instalado paulatinamente desde hace una semana.
Pero en esta ocasión, los puestos lucen escasos de mercancía y tienen poca variedad. Los comerciantes manifestaron que están ofreciendo el remanente de diciembre de 2016 y sólo unos cuantos artículos nuevos, que lograron adquirir.
Y es que ninguno tuvo los suficientes recursos para surtir el puesto en grandes cantidades, pues aunque la artesanía es elaborada en el país, la inflación también afectó los materiales para su elaboración, lo que elevó considerablemente el producto terminado.
Otra parte de la mercancía, como las luces, es importada y este año dejaron de venderse.
Beinen de Parra y su esposo Julio Parra, quienes tienen 15 años trabajando las temporadas navideñas en la plaza, sólo tienen un mes y medio para vender los nacimientos, casitas, animales y pastores que ofrecen para armar los pesebres.
Es un reto difícil considerando que los pocos clientes que se muestran interesados, no poseen efectivo, no todos están dispuestos a pagar por transferencia y menos a cancelar el 10% más del valor de la mercancía para poder pagar el alquiler del punto de venta, indica la comerciante.
Para ellos, no contar con las ganancias en efectivo, les hace cuesta arriba la organización del transporte, comida y gastos para el funcionamiento del puesto, “es más complicado organizarnos pero no nos queda de otra” aseguró.
Jhonny Quijada ofrece inciensos y artesanía todos los diciembres en la plaza San José desde hace 29 años, el resto del año se dedica a otras actividades. “Esto es como una apuesta, quizás nos va mal pero a lo mejor tenemos un golpe de suerte y vendemos todo” dice.
Belkis de Seijas tiene 39 años en el mismo puesto de trabajo y dice que desde hace tres o cuatro, las ventas van en picada, pero que este año pudiera resultar aún peor considerando que si las personas logran conseguir 20 mil bolívares, van a preferir gastarlo en una harina en lugar de un adorno de navidad.
De los 33 comerciantes de la plaza, conglomerados en la Cooperativa San José, cinco ya anunciaron que no se van a presentar este año porque consideran que la actividad ya no les resultará beneficiosa. “Algunos compañeros nos abandonaron, van a vender comida o a dedicarse a otra cosa, los que quedamos estamos sobreviviendo”.
Sin variedad
En un recorrido por los comercios asiáticos del centro de Barquisimeto, se evidenció la precariedad de oferta navideña. La mayoría sólo cuenta con flores para el árbol (Bs. 4.000), adornos escarchados (Bs. 3.500), Set de seis bambalinas (Bs. 12.900), arbolito de escritorio de 30 cm (Bs. 35.000 – Bs. 55.000), instalaciones de arroz (Bs. 40.000 – Bs. 60.000) y nacimientos de 8 piezas (120.000).
Hasta la fecha, ningún comercio de la carrera 21 dispone de árboles de navidad, sin embargo en una reconocida página de compras por internet, el precio de los árboles ronda entre los Bs. 600.000 y Bs. 1.500.000 de acuerdo a su altura, material y calidad.
Barquisimetanos desanimados
Los ánimos de la festividad al parecer no se han despertado en los venezolanos. A la fecha, son pocos los comercios que exhiben artículos propios de la temporada.
Establecimientos que anteriormente eran visita obligada para quienes deseaban actualizar su colección de adornos navideños, ahora ofrecen artículos importados que escasean en el mercado nacional, como pañales, jabones, pasta dental, entre otros.
Algunas personas que ayer caminaban por los comercios del centro, dijeron que en las fechas importantes de diciembre, se reunirán con la familia para no perder la costumbre, sin embargo no tienen pensado adornar su hogar, pues por la situación vivida durante todo el año, no sienten la alegría propia de la Navidad.
Otros en cambio, buscarán precios módicos para comprar lo necesario y poner bonita su casa.
