¡Sálvense quien pueda!

No podemos dejarnos ganar por la desesperanza debido a las carencias y confusiones de nuestro liderazgo.
Esta implosión de la mesa de la unidad ha sido causada por haber acudido a una estafa pública previamente anunciada. Una tramposa victoria del oficialismo en 18 gobernaciones maquiavélicamente programadas por un CNE complaciente, la sumisa conducta de cuatro mandantes y el arrebato a dos de
ellos, dan la apariencia de una revitalización espasmódica de un gobierno moribundo.
Nada más parecido a la tragedia del Titanic donde pasajeros y ratas saltan juntos por la borda, mientras los músicos con sus interpretaciones mitigan la desesperanza. Esa es la sensación que nos embarga a muchos venezolanos en estos momentos. Ellos ve como única solución incrementar la diáspora, o sea la emigración como cuando la suerte se echa en el regazo.
Cuando éramos niños aprendimos de nuestros padres y maestros a invocar a Dios en aquellos momentos en
que el miedo trataba de invadirnos. En los años de adolescentes confiábamos a su protección en las situaciones difíciles, en los estudios, en las relaciones, desencuentros, en los conflictos, y en
las frustraciones.
También lo hacemos como adultos, pero cuando nos distraemos o perturba el ruido del mundo, la fe y la esperanza como que se nos van disipando poco a poco. Entonces lo que hoy está planteado frente al avance de las legiones, potestades y principados del mal, es mantenernos más unidos en el amor que consuela, en el trabajo solidario, en la espiritualidad, en la oración que anima, ilumina y reactiva.
La lucha sigue, solo que debemos prepararnos mejor, porque al contrario no hay que subestimarlo en sus variopintas funestas intenciones; ya no tienen cabida los ingenuos, ya estamos advertidos, y aunque las estrategias cambien, los medios tendrán que ser siempre lícitos, bien visto por la comunidad internacional, y convincentes para el 80% de la población que rechaza esta autocracia del narcosocialismo comunismo. A esta camarilla de forajidos que se burlan de nuestra Constitución Nacional
cuantas veces le entran las ganas. Y aunque nos roben, se burlen, traten de desintegrarnos, desmoralizarnos, seguiremos esta carrera, aprendiendo a ser más eficientes, honestos, serviciales, creativos, entusiastas, piadosos, porque no existe una mejor manera de ser, que ser buenos. Estoy convencido de que a pesar de los días grises vendrán otros donde la luz sera resplandeciente, reafirmando que juntos valemos más que dispersos.
El Aula Abierta al Ciudadano de Fundasab inicia una cruzada al Rescate de la Esperanza, y va a las parroquias de la ciudad en la realización de un Foro para tal fin. La parroquia Nuestra Señora
de la Consolación, en la Urbanización Santa Elena, será el inicio, el sábado 18 de noviembre de 9:00 a.m. a 1:00 p.m., con cuatro ponencias: Aprender para la Paz con Esperanza, Prof. Rosario Anzola; Gestión Pacífica de Conflictos, Dra. Jeannette Bastidas; Desesperanza vs. Esperanza, Dr. Marco Tulio Mendoza; Natividad y Esperanza, Fray José Luis Uruñuela.
La entrada es libre y la invitación es para todo público. Acudamos a repotenciar ese alicaído estado de ánimo. En verdad lo necesitamos como terapia grupal.