El nuevo abogado de «El Chapo» Guzmán dijo en una entrevista con la AFP que pedirá a la justicia estadounidense que una neuropsicóloga pueda evaluarlo sin restricciones, porque ha sufrido en el último mes «un marcado deterioro mental» debido a su aislamiento extremo.
Una nueva audiencia para planificar el juicio de «El Chapo», considerado uno de los mayores narcotraficantes del mundo y famoso por sus espectaculares escapadas de prisiones mexicanas, está prevista este miércoles en la corte federal de Brooklyn con el juez Brian Cogan, que lleva el caso.
El abogado de «El Chapo», Eduardo Balarezo, escribió al juez que su cliente sufre de alucinaciones auditivas, «jaquecas constantes», se siente perseguido y está deprimido. «Se repite seguido» y tiene dificultades para recordar «personas, lugares y eventos», añadió.
«La condición de Guzmán puede tornarlo incompetente si no es solucionada pronto», advirtió Balarezo al juez en un documento judicial.
El abogado defendió en el pasado a uno de sus rivales, el narco mexicano Alfredo Beltrán Leyva, condenado a cadena perpetua en abril tras ser extraditado a Estados Unidos en 2004. Pero asegura que esto no causa un conflicto en la defensa de «El Chapo» y que su cliente concuerda.
Acusado de haber dirigido uno de los mayores imperios del narcotráfico de las Américas y de enviar más de 200 toneladas de cocaína a Estados Unidos, Joaquín Guzmán, de 60 años, enfrenta 17 cargos. Solo el primero, dirigir el cártel de Sinaloa, puede implicar la cadena perpetua.
«El Chapo» fue defendido por abogados de oficio desde su extradición a Estados Unidos el 19 de enero hasta el 3 de septiembre, cuando Balarezo, de origen ecuatoriano y con despacho en Washington DC, asumió su defensa.
Otros abogados que pretendían defenderlo, como Jeffrey Lichtman, que representó con éxito al hijo del legendario mafioso John Gotti, han quedado por ahora fuera del caso.
El gobierno estadounidense no ha conseguido incautar ni un dólar de la fortuna de «El Chapo», estimada en 14.000 millones de dólares. Antes de asumir su defensa, los abogados querían que la fiscalía asegurase por escrito que no confiscaría sus honorarios, pero no lo consiguieron.