Dos disparos sonaron y allí caía mal herido Jefferson Ramón Guanipa Peraza, de 18 años de edad. Le habían dado en el estómago, el joven cayó de espalda e intentó levantarse, pero sus verdugos le dispararon una vez más en la espalda.
Eran tres los hombres armados, quienes escondían sus rostros detrás de unas capuchas.
Ellos habían llegado a las 9:30 de la noche del viernes en la calle 11 del sector 3 de Manzanare en Carora, municipio Torres, allí encontraron al joven afuera de su casa echando cuentos junto a su madre y un primito de 6 años. Los encapuchados al llegar apartaron al niño y la mujer y fue cuando dispararon.
La madre al ver lo sucedido corrió detrás de los hombres, a la misma vez que los insultaba y les reclamaba por haber disparado a su hijo, sus lágrimas corrían por su rostro. Tan solo una cuadra pudo correr, ellos se perdieron y a la misma vez Guanipa Peraza le gritaba a su madre que se devolviera y lo llevara al Hospital.
La dama de inmediato se devolvió y socorrió a su hijo, lo trasladó para el Hospital Pastor Oropeza de Carora, allí los médicos de guardia le indicaron que por las heridas que presentaba debía ser referido a Barquisimeto, pero en el principal centro asistencial de Torres no cuentan con ambulancia.
A la familia le tocó buscar una privada con un costo 600.000 bolívares. Como no tenían el dinero en el momento, les tocó movilizarse y buscar, en ese proceso se hicieron las 11 de la noche y fue hasta esa hora que lograron sacarlo de Carora. Justo a la medianoche el joven Guanipa Peraza fue ingresado a la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda.
De inmediato los doctores indicaron que era de operación, pero según manifestó su tío Giovanny Guanipa, no lo evaluaron más sino hasta las 9 de la mañana del sábado, cuando fue revisado y allí trasladado a quirófano.
El joven fue operado y salió muy bien de la intervención, le habló a sus parientes e indicó que no sabía quienes eran esas personas que quisieron hacerle daño, así mismo les dijo que no tenía problemas con nadie.
El domingo el muchacho presentó una complicación y los doctores indicaron que Guanipa Peraza debía ser sometido a otra operación. En todo momento los doctores advirtieron a sus familiares que se trataba de una intervención bastante delicada, por lo que le solicitaron un permiso firmado que el propio joven decidió firmar.
“Voy a firmar, para salir de esto rápido y recuperarme”, le alegó el lesionado a su madre, a la misma vez que estampaba su firma en el papel. La tarde del domingo fue llevado una vez más a quirófano. Una vez que culminó la operación el joven no respondió más y fue internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Central en donde estuvo hasta las 7 de la mañana de ayer cuando falleció, según explicó su tío.
La madre del joven estaba en las afuera de la morgue, la misma estaba muy afectada, sentada en el piso y no hacía más que llorar, había muerto el menor de sus dos hijos.
Entre las versiones los familiares indicaron que los sujetos habrían llegado a pie y escaparon corriendo, pero algunos testigos comentaron que los habría dejado un vehículo blanco, el mismo que los esperó y en el que huyeron posteriormente.
Una venganza
Funcionarios del Eje de Homicidios de la Subdelegación de Carora, manejan el caso como una venganza, sobre el hecho aún verifican el comportamiento del joven que se conoció no tenía antecedentes algunos.
Se pudo conocer por versiones de medios locales de Carora, que el martes 31 de octubre habría sufrido un atentado cuando iba en una moto con un tío, unos sujetos armados le dispararon y le dieron en la pierna.
Un allegado a la familia habría indicado que Guanipa Peraza era sano, pero aparentemente quien tendría problemas era su hermano mayor, quien supuestamente habría estado preso por el delito de droga y además presentó problemas por el robo de un celular, versiones que también llegaron a oídos de los sabuesos del Cicpc de Carora y están verificando, para establecer si el muchacho habría sido asesinado por una venganza en contra de su hermano.
La víctima fatal se ganaba la vida como albañil, su tío relató que hace 20 días se lo habría traído de Colombia, país donde se habían ido buscando mejoras, pero en vista que no consiguieron trabajo se regresaron. Ahora se convirtió en una víctima más de los crímenes que son cometidos a diario en la entidad larense.