«El régimen iraní confirma una vez más su completo menosprecio por sus obligaciones internacionales», denunció el martes la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, tras el lanzamiento de un misil en Arabia Saudí supuestamente proporcionado por Teherán a rebeldes yemeníes.
Con su comportamiento, «el cuerpo de Guardianes de la Revolución islámica viola simultáneamente dos resoluciones de la ONU», agregó la diplomática en un comunicado.
«Quien tenga informaciones debe transmitirlas para demostrar la responsabilidad de Irán en el sostenimiento de la violencia y el terrorismo en la región y en el mundo», continuó Haley.
«Estados Unidos está comprometido a hacer lo que sea necesario para oponerse a las acciones desestabilizadoras de Irán y no cerrará los ojos frente a violaciones graves del derecho internacional por el régimen iraní», agregó.
Irán rechazó las afirmaciones del príncipe heredero saudí, que acusó a Teherán de «agresión militar directa» tras el disparo de un misil de los rebeldes hutíes contra el territorio saudí.
El misil fue interceptado y destruido en el sector del aeropuerto internacional de Riad, según las autoridades saudíes.
Arabia Saudí acusa a Irán de proporcionar equipos militares clandestinamente a los rebeldes.
Teherán ha desmentido ayudar a los rebeldes chiítas en su guerra contra las fuerzas gubernamentales yemeníes, apoyadas desde 2015 por una coalición de países dirigida por Riad.
El conflicto ha dejado más de 8.650 muertos y unos 58.600 heridos, entre ellos numerosos civiles, y provocado «la peor crisis humanitaria del mundo», según la ONU.