Este jueves, cuando se conmemoró el Día de los Difuntos, la asistencia de personas con respecto a años anteriores fue menor, de acuerdo a trabajadores el Cementerio Nuevo, o del oeste y otros de Barquisimeto.
El camposanto, pese a los anuncios desde la alcaldía de Iribarren de que recibiría un operativo de limpieza, se observó colmado de maleza al punto de que en algunas áreas resultaba imposible llegar hasta tumbas o panteones.
Además de la maleza, llamaba la atención la gran cantidad de fosas abiertas, supuestamente producto de la delincuencia o de personas o grupos que, aprovechando la oscuridad de las noches, las profanaban para extraer restos humanos que utilizazarían para prácticas de hechicería o brujería.
En la mañana, bajo un enorme toldo habilitado por la alcaldía, fue oficiada una misa por el descanso de los difuntos allí sepultados, la cual estuvo muy concurrida.
Mientras eso ocurría bajo la sombra, en las diferentes áreas del camposanto algunas personas se dedicaban a limpiar las tumbass de sus familiares fallecidos, aunque quienes no iban provistos de los implementos necesarios debían recurrir a los trabajadores que allí cumplen esas funciones de manera personal.
“Esto lo tienen abandonado. Yo recuerdo que anteriormente, desde comienzos de octubre, comenzaban los operativos de quitar la maleza y para el día de los muertos todo estaba limpiecito, pero ahora esto se encuentra muy abandonado, como si no hubiera nadie que se preocupe”, dijo Edilia Josefa Pernalete, una anciana que llegó a limpiar la tumba de su progenitora, fallecida en 1072.
Denunció también que la tumba de su hijo fue violentada, “y no se si todavía está ahí o se llevaron sus huesos”, agrega.
Se lamenta no haber podido ponerle un ramo de frores, “porque las flores están por las nubes. Un bojotico de flores cuesta un poco de plata”.
Entre los visitantes, las quejas por el deterioro del camposanto eran muchas, y con razón, porque apenas en las cercanías a la iglesia y las oficinas aplicaron alguna eliminación de maleza, no así en el resto del camposanto, sobre todo en sitios del oeste y el norte donde muchas tumbas permanecen completamente enmontadas, señal de que desde hace tiempo desde la dirección de cementerios de la alcaldía de Iribarren no le realizan un operativo de limpieza.
Lo mismo ocurre con el antiguo de la calle 42, a pesar de ser considerado un museo a cielo abierto por las obras de arte allí existentes.
Y el de Tamaca continúa completamente abandonado, sin siquiera paredes, pero si con maleza y arbustos que hacen imposible llegar a algunos sectores por el temor a animales rastreros.