Tres mujeres y dos hombres de entre 20 y 45 años de edad, diagnosticados con periodontitis crónica y periodontitis agresiva, recibieron trasplantes de células estromales mesenquimales de donantes voluntarios para inducir la regeneración ósea de sus dientes. En menos de un año, las lesiones habían mejorado considerablemente.
Así lo informó María Antonieta Méndez, especialista de la Facultad de Odontología de la Universidad Central de Venezuela (UCV), para quien los resultados clínicos obtenidos con este procedimiento constituyen un buen indicador del uso de células madre como potencial herramienta terapéutica para la enfermedad periodontal.
“Desde el punto de vista radiográfico, la tomografía axial computarizada evidenció que hubo un incremento de la densidad mineral ósea en los 5 pacientes y los 7 defectos tratados”, explicó Méndez durante el III Taller de Células Madre, organizado por la Unidad de Terapia Celular (UTC) del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic).
Para llevar a cabo el estudio, se realizaron radiografías volumétricas de haz cónico (TAC dental), a fin de apreciar la profundidad de la lesión y aposición ósea (creación de hueso). Por su parte, el aislamiento, la expansión y la diferenciación de las células madre fueron efectuadas en la UTC-Ivic.
Se denomina periodonto al tejido ubicado alrededor de los dientes e incluye las encías, ligamento periodontal, cemento radicular y hueso alveolar.
Las enfermedades periodontales se dividen en dos grandes grupos: gingivitis o inflamación reversible de la encía que afecta su aspecto, color, forma y textura; y periodontitis, una condición más seria que ataca los tejidos de soporte de la dentadura.
La periodontitis crónica se produce en adultos mayores, mientras que la periodontitis agresiva suele aparecer en jóvenes a partir de los 15 años de edad.
“Si no se controlan, las enfermedades periodontales pueden ocasionar la pérdida de los dientes. El 90% de la población mundial padece algún tipo”, dijo la experta de la UCV.La higiene bucal y las visitas regulares al consultorio siguen siendo las medidas no quirúrgicas más efectivas para prevenirlas o tratarlas a tiempo.
Ratones con fibrocartílago nuevo
Aliviar el malestar de las personas que sufren trastornos en la articulación temporomandibular -que conecta la mandíbula inferior con el cráneo-, motivó al cirujano maxilofacial Marcos Gómez a probar las potencialidades médicas de las células estromales mesenquimales en un modelo animal.
La articulación temporomandibular es la responsable de la masticación. “Es para la mandíbula lo que la rodilla es para la pierna. Esta patología es altamente incapacitante porque los pacientes no pueden comer y casi no pueden hablar debido al dolor”, afirmó Gómez.
En la actualidad, los tratamientos para corregir los daños en la articulación temporomandibular -como la radiofrecuencia, láserterapia y plasma rico en plaquetas- son de alcance limitado. “Ninguno promueve la regeneración del fibrocartílago del cóndilo”, precisó.
El fibrocartílago del cóndilo es el tejido que soporta la carga biomecánica de la masticación; además, es la capa más superficial del hueso subcondral, “y este hueso no puede estar desnudo porque es altamente irrigado, por lo que va a generar un dolor intolerable”, informó.
La UTC-Ivic aisló, expandió y diferenció las células madre, las cuales fueron posteriormente introducidas en ratones con daños en el fibrocartílago del cóndilo, manteniendo un grupo control (individuos sanos) y un grupo con el defecto en el fibrocartílago del cóndilo al que no se le implantaron células madre.
En los ratones con la lesión en el fibrocartílago del cóndilo de la articulación temporomandibular, el daño continuó y empeoró a las seis semanas del experimento. Esto significa que, por sí solo, el cuerpo de esos mamíferos es incapaz de reparar dichaafectación.
En cambio, en los ratones con el fibrocartílago del cóndilo dañado a los cuales se le trasplantaron células estromales mesenquimales, el defecto desapareció y adicionalmente se observó la formación de tejido nuevo en la cabeza del cóndilo.
“La aplicación clínica de la terapia celular con mesenquimales debe ser considerada para defectos de cartílago condilar temporomandibular en seres humanos”, concluyó Gómez.